MÁS ALLÁ DE LA MENSTRUACIÓN: La copa menstrual como alternativa de resistencia y gestión sostenible

Por: Sofía Cano Escalona (FCPyS).
Revisión y Datos: Rut Ruiz (CIGU) y Jennifer Flores (FES Aragón).

Desde muy pequeñas se nos obliga a atravesar el proceso de nuestra menstruación desde la vergüenza, el miedo, la incertidumbre y la desinformación, como producto de vivir en una sociedad, machista, misógina y patriarcal que nos imposibilita socializar y compartir nuestros sentires y experiencias con nuestra cuerpa durante la menstruación.

Muy posiblemente, el primer acercamiento que tuvimos con este proceso fue traumático y sumamente alarmante por no saber lo que estaba pasando, al cual hemos resistido gracias a la información, redes de apoyo y acompañamiento que hemos  recibido de las mujeres que nos rodean. 

Según el Manual sobre salud menstrual para niñas, niños y adolescentes escrito por la UNICEF, el 20% de las adolescentes, mujeres y/o personas menstruantes que estudian o trabajan no cuentan con la infraestructura necesaria para la gestión menstrual en escuelas, oficinas u hogares.

Hoy en día podemos llegar a sentirnos abrumadas por la amplia variedad de opciones que existen para gestionar nuestra menstruación desde diferentes contextos y alcances socioeconómicos, pero es una realidad que no todas las opciones son viables para todas las mujeres por una infinidad de razones propias y problemas sociales que en muchas ocasiones decidimos ignorar, una de estas razones es que las mujeres no vivimos la menstruación como un proceso homogéneo. Sin embargo, el tener hoy en día instrumentos como la copa menstrual es una alternativa que abre un mundo de posibilidades y preguntas que, al menos en mi caso, aterra preguntar.

Dudas que resolvía investigando por mi cuenta con amigas que también usan copa menstrual y, en muchas ocasiones, a base de prueba y error, aunque eso implicara tener muchos “accidentes de color rojo”, es decir derrames, salpicaduras y manchas, pero al final no había nada que no se pudiera resolver con mucha práctica, entendimiento y paciencia conmigo misma. 

Evidentemente es normal que nos asuste todo lo que no conocemos, pero no es normal que ese miedo inculcado nos limite a conocer opciones que posiblemente nos ayuden a sobrellevar este proceso de una forma más cómoda y que además sea  sostenible para nuestra economía y el medio ambiente.

La copa menstrual como alternativa

La copa menstrual, hecha en su mayoría de silicona de grado médico, tiene un costo promedio en el mercado mexicano de 400 a 700 pesos, según la marca comercial y los accesorios que contenga (bolsa para guardar tu copa y vaso esterilizador). Y tiene una duración de vida funcional aproximadamente de 10 años. Sin importar el tipo de flujo que tengas puedes usarla hasta 8 horas continuas. Esto nos pone en un contexto de que si bien, la inversión inicial para obtener una copa menstrual es alta, a largo plazo nos beneficia monetariamente debido a que el gasto promedio que realiza una mujer en insumos para la menstruación es de $26,000 a lo largo de su vida si se considera que el precio es de $2 a $3 por cada una; o $30,000 en tampones si se considera que el precio promedio es de $4 por cada uno. Sin mencionar, que el impacto ambiental de las toallas sanitarias y tampones es alto al tener componentes como el polímero súper absorbente (SAP) que tarda en degradarse cientos de años; además, de sus repercusiones a las cuerpas de las mujeres, el artículo Impacto Ambiental y Económico del uso de productos de Higiene Íntima Femenina menciona que los riesgos de uso de estas dos alternativas pueden ser diversos tipos de cáncer entre los que destacan cáncer cervicouterino, trastornos neurológicos, enfermedad de Parkinson, desequilibrio hormonal y riesgo de síndrome de shock tóxico, por los materiales de los que están hechas. 

Las copas menstruales no son tan usadas como las toallas o los tampones porque incluye el tabú de manipular directamente los fluidos de las partes íntimas con los dedos y asociarlo desde un sentimiento de asco con que nos hemos “manchado”, argumentando que tocar nuestra sangre menstrual no es higiénico. Comúnmente vienen por tallas dependiendo de factores, como la edad y si ya tuvieron hijxs en algún momento de su vida, información que puede explicarte alguna educadora menstrual, esto con la finalidad de saber cuál es la copa que se ajustará mejor a tu cavidad vaginal para así evitar “fugas” y, lo más importante, no te moleste o incomode tenerla, para tener mayor movilidad y no reprimirnos al realizar actividades que antes dejábamos de hacer por temor de que se notara la toalla, se moviera o el tampón nos molestara. Para ello, es importante decir que si optas por usar una copa menstrual, debes asegurarte de que esté certificada y cumpla con las normas necesarias. La instancia certificadora en México es la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).

Échale un ojo a este video de La crecida

Por lo tanto, en un mundo de consumo y depredación donde además se nos enseñó a odiar nuestra menstruación, la copa menstrual emerge como un símbolo de resistencia. Más allá de ser simplemente un producto de gestión menstrual femenina, el usarla representa una decisión consciente de cuidado sobre nuestra cuerpa y del medio ambiente. Su popularidad creciente no es sólo el resultado de su sostenibilidad y economía, sino también de su capacidad para desafiar los tabúes arraigados en torno a la menstruación. Al adoptar la copa menstrual, las personas están desafiando la idea de que la menstruación es sucia o vergonzosa, y están abrazando una perspectiva más positiva y natural de su ciclo menstrual.

El uso de la copa menstrual al inicio puede ser complicado por cuestiones de adaptación y el hecho de que va más allá de simplemente recolectar el flujo menstrual, también se trata de cambiar la conversación en torno a lo que implica menstruar y promover una cultura de aceptación, de cuidados colectivos y de poner en discusión que las mujeres merecemos productos de gestión menstrual accesibles y dignos. En última instancia, el uso de este producto es un recordatorio de que nuestras decisiones individuales tienen el poder de crear un impacto positivo y de mayor entendimiento tanto en nuestras vidas como en el mundo que nos rodea. 

Ahora bien, ¿Cómo se usa la copa menstrual?

Es cierto que el uso de la copa menstrual puede requerir de práctica, pero si escuchas a tu cuerpo irás encontrando las técnicas más apropiadas para su uso correcto.

Paso 1

Es importante lavar tus manos con agua y jabón antes de manipular la copa y tus genitales. Recuerda que también es importante esterilizar tu copa con agua hirviendo antes de usarla, puedes usar un pocillo pequeño o un esterilizador eléctrico. Algunas copas se venden con un vaso esterilizador incluido y en este caso sólo necesitas colocar tu copa dentro y esterilizarla en el microondas. Las educadoras menstruales nos recomiendan esterilizarlas de 1 a 5 minutos, no más, ya que el silicón de tu copa se desgasta y puede fisurarse, lo que provocaría derrames o hasta infecciones. Lo mejor para saber qué tiempo debes realizar este procedimiento es seguir las indicaciones del fabricante que vienen en el instructivo.

Paso 2

Encuentra una posición cómoda. Algunas posiciones comunes son de pie con una pierna levantada, sentada en el inodoro o en cuclillas. Asimismo, muchas personas deciden colocar su copa menstrual mientras se bañan o incluso acostadas. Lo importante es que te sientas cómoda y estés lo más relajada posible. 

Paso 3

Dobla la copa. Existen varias formas de doblar la copa para facilitar su inserción. Algunas técnicas comunes son:

   – Doblado en C o U: Dobla la copa por la mitad, formando una letra en C o U.

Imagen tomada de internet

  – Doblado en 7: Presiona un lado de la copa hacia abajo y dóblala en forma de 7.

Imagen tomada de internet

  – Doblado hacia dentro y con esto nos referimos a que empujes el borde de tu copa hacia el centro y dobla.

Imagen tomada de internet

Paso 4

Inserta la copa. Mantén la copa doblada y con una mano abre los labios vaginales y con la otra mano, introduce la copa suavemente en la vagina, apuntando hacia la base de la columna vertebral. La copa debe quedar completamente dentro, con el tallo apenas en el interior a manera que no te moleste si llegas a sentarte, ya que si lo dejas muy afuera podría incomodarte. Si percibes que el tallo de tu copa es demasiado largo, puedes cortarlo un poco para que no te moleste. Para este paso puedes ayudarte de lubricante vaginal a base de agua.

Paso 5

Asegúrate de que la copa se abra. Una vez dentro, suelta la copa y deja que se abra, hará una especie de ¡Pup! cuando la copa se encuentre abierta, si aún no logras abrirla puedes girarla ligeramente o moverla hacia arriba y abajo para asegurarte de que se despliegue completamente y forme un sello contra las paredes vaginales, si este sello no se forma, muy posiblemente habrá fugas. 

Paso 6

Verifica la colocación. Asegúrate de que la copa esté bien colocada. Puedes tirar ligeramente del tallo para ver si hay resistencia, lo cual indica que se ha creado un sello. Sabrás que colocaste la copa correctamente porque no tendría que moverse ni sentirse incómoda.

Paso 7

Ajusta si es necesario. Lo increíble de la copa es que si no te sale a la primera lo puedes intentar todas las veces necesarias para que te haga sentir cómoda y si sientes alguna incomodidad o si la copa no se despliega correctamente, retírala y vuelve a intentar.

Y ahora ¿Cómo retiro la copa menstrual? 

Paso 1

Lava tus manos con agua y jabón.

Paso 2

Encuentra una posición cómoda (puedes repetir las mismas posiciones que utilizaste cuando te la pusiste). 

Paso 3 

Introduce los dedos en la vagina y pellizca ligeramente la base de la copa para romper el sello, (¡solo ten cuidado!, si estás teniendo flujo abundante podrías derramar un poco si tu copa se encuentra llena, pero no pasa nada, cuando termines solo lavas tus manos nuevamente, recuerda que tú menstruación no es algo sucio).

Paso 4

Extrae la copa con cuidado, manteniéndola en posición vertical para evitar derrames y vacía el contenido por el inodoro, enjuaga tu copa solo con agua (evita lavar en ese momento con jabón porque puedes irritar tu vagina) y vuelve a colocarla. 

Es muy importante que cuando termines de usar tu copa, la esterilices para que quede lista para tu siguiente ciclo. La práctica te convertirá en una maestra y el autoconocimiento te ayudará a encontrar las mejores posiciones y técnicas para que te sientas más cómoda y segura al usar tu copa menstrual.

En este video puedes ver una explicación detallada de la colocación de la copa menstrual:

 

¿Y tú?, ¿Ya conocías la copa menstrual? Cuéntanos cómo ha sido tu experiencia.