El cuidado, clave para prevenir la discriminación LGBTIQ+
Por Azul Marmolejo (servicio social en la Unidad de Comunicación de la CIGU)
En el marco de las actividades del Mes de los Cuidados, el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) fue sede de la conferencia “Cuidarnos a pesar de las diferencias: ¿cómo prevenir la discriminación hacia las personas LGBTTTI+?”, en voz del activista Sony Rangel.
Rangel abrió la charla al destacar la relevancia de generar y sostener los espacios de diálogo que buscan reflexionar sobre los derechos humanos, especialmente en el contexto político internacional actual: “no podemos hablar de cuidado sin hablar de derechos humanos; no podemos hablar de derechos humanos sin hablar de todas las posibilidades que existen de ser un humano, de ser una persona”, subrayó.
Durante su intervención, abordó conceptos fundamentales sobre diversidad sexual y de género tales como “sexo”, “identidad de género” y “expresión de género”, con el objetivo de fomentar una comprensión más amplia que contribuya a prevenir la discriminación, tanto desde el autocuidado como desde el cuidado comunitario.
Interseccionalidad y grupos de atención prioritaria
Recordó que la Constitución de la Ciudad de México y la Secretaría del Bienestar reconocen a 16 grupos de atención prioritaria en las políticas públicas, entre los que se encuentra la comunidad LGBTIQ+, y que una misma persona puede formar parte de varios de ellos al mismo tiempo. Frente a esta complejidad, hizo un llamado a adoptar un enfoque de cuidado interseccional e interinstitucional, capaz de reconocer las múltiples características que nos atraviesan y los sistemas de opresión que nos vuelven vulnerables.
Asimismo, explicó que la discriminación no es un fenómeno aislado, sino que opera en distintos niveles:
- El sociocultural, que moldea percepciones y estigmas;
- El estructural, que perpetúa desigualdades a través de instituciones;
- El jurídico, que a veces omite o limita el acceso real a la justicia.
Reconocer estos mecanismos, afirmó, es fundamental para identificar en qué estamos fallando y qué nos está doliendo como sociedad, con el fin de construir una forma de cuidado que parta de la empatía y el reconocimiento mutuo.
La salida es comunitaria
Rangel subrayó que la transformación social no puede hacerse en solitario. Propuso que la prevención de la discriminación requiere de un enfoque colectivo y diverso, basado en prácticas como:
- Educación continua y sensibilización.
- Comunicación asertiva y cuidado del lenguaje.
- Escucha activa.
- Intervención y acompañamiento ante situaciones de violencia o exclusión.
Estas acciones permiten tejer redes de solidaridad que sostienen, protegen y hacen visibles las distintas formas de existir. En ese contexto, mencionó que el avance colectivo en materia de derechos humanos no representa una amenaza, pues es una oportunidad para crecer como sociedad: “en los derechos humanos, cuando alguien avanza, nadie retrocede”, cerró con esta frase de la filósofa Siobhan Guerrero McManus.






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