Sylvia Plath y la intimidad en la escritura

Por Carolina Vargas (FES Aragón)

El 27 de octubre se cumplen 89 años del nacimiento de Sylvia Plath, una de las escritoras más reconocidas del siglo XX, pionera de la poesía confesional y primera ganadora de un premio Pulitzer concedido a título póstumo. 

Nació en la ciudad de Boston, Massachusetts en 1932. Hija de Aurelia Schober y Otto Emil Plath, quien falleció de una diabetes no cuidada en 1940. Posterior al nacimiento de su hermano menor, su familia se mudó a la localidad de Withdrop donde comenzó a escribir poesía.

Desde pequeña Plath destacó. La perfección que se exigía sacaba a relucir su capacidad en cualquier área que decidiera dedicarse, es así que a la edad de ocho años publicó su primer poema. Además, durante la secundaria ganó muchos concursos literarios y logró vender algunos de sus escritos a revistas estadounidenses

En 1951 comenzó a estudiar en Smith Collage; a pesar de su considerable éxito y su enorme talento, sufrió de depresión severa y varios desórdenes mentales. En sus diarios, los cuales fueron una constante hasta sus últimos días, plasmó sus primeros síntomas de su enfermedad, para la cual no había medicamentos disponibles en aquella época.

Su primer intento de suicidio fue en 1953. Ingirió una gran cantidad de pastillas para dormir pero sobrevivió y fue hospitalizada en una institución psiquiátrica, en la cual recibió terapia electroconvulsiva. Esta vivencia se convirtió años más tarde en la base para su única novela: La campana de cristal, publicada bajo el seudónimo de “Victoria Lucas”.

Después de graduarse del Collage Smith obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Ahí conoció a su futuro esposo Ted Hughes con quien tuvo dos hijos, Frieda y Nicholas. Esta pareja se divorció en 1962, lo que marcó un punto de inflexión en la vida de la escritora.

Durante sus últimos tres años de vida una explosión productiva la inundó. Con gran rapidez escribía poemas saturados de una gran confusión, ansiedad y dudas que atormentaban sus días. Fue así que el 11 de febrero de 1963, a la edad de treinta años, se quitó la vida al asfixiarse con gas.

Después de la muerte, un legado

Posterior al deceso de Plath, Ted Hughes se convirtió en el editor de sus escritos. Muchos críticos lo han acusado de haber controlado las publicaciones para beneficio propio, ya que además se sabe que él destruyó el último diario de la autora en donde narraba el tiempo que habían pasado juntos. 

Entre los textos más destacados de esta escritora podemos mencionar El Coloso (1960), La Campana de Cristal (1963), Ariel (1965), Cruzando el Agua (1971), Árboles invernales (1972), La caja de los deseos (1977). Es importante destacar que su obra poética recogida en Poemas completos fue galardonada en 1982 con un premio Pulitzer a título póstumo.

Sylvia Plath se convirtió rápidamente en una de las poetas más populares de Estados Unidos. Junto con Anne Sexton, es reconocida como una de las principales cultivadoras de la poesía confesional, género que consiste en expresar detalles íntimos sobre la vida del poeta.

Desde asuntos controversiales como la salud mental, hasta el cuestionamiento de las costumbres y normas que regían a las mujeres en aquella época, eran los temas que abordaba dicha autora. Por ello, no resulta extraño que sus obras, llenas de una honestidad desgarradora, resuenen con tantos lectores hasta el día de hoy y nos recuerden la importancia de la salud mental.

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