Somos individuos fuertes, con persistencia podemos lograrlo todo: Sarai de Jesús Cruz Gómez, académica de la FC

Por: Perla Chávez

Hace 20 años, Sarai de Jesús Cruz Gómez recorría los pasillos de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM como estudiante de Biología. Durante su formación enfrentó diversos desafíos para consolidar su profesión científica, entre ellos la idea de que maternar no podía ser compatible con su carrera. No obstante, siguió en la lucha por superarse y hoy es académica en el Laboratorio de Nanobiología Celular de dicha entidad, donde ha trabajado durante más de seis años.

La UNAM fue un pilar en su formación, pues también cursó la especialidad de Microscopía Electrónica en Ciencias Biológicas, en la Facultad de Ciencias.

En el proceso de estudiar la carrera que tanto soñó y de consolidarse como una apasionada profesionista, se convirtió en mamá, de un joven que hoy tiene 25 años y que estudió Diseño Gráfico, y de su hija de ocho, de su segunda pareja.

A sus 44 años, Cruz Gómez recordó que su interés por la biología se dio en su niñez, cuando veía cómo su abuela cultivaba sus propios alimentos. En aquel momento, ella se preguntaba sobre la textura y morfología de algunas frutas y verduras. Sin tener conocimiento científico, pero sí experimental, su abuela le explicaba, y entre más lo hacía, mayor era su interés por resolver esas dudas, que hoy puede responder gracias a su formación científica; pero su recorrido no fue fácil…

Un camino difícil

Su formación constó de un trayecto complicado: “La vida me llevó por distintos caminos que, si no hubiese recorrido, no hubiera podido llegar aquí. El momento más complicado como alumna fue por situaciones personales, tuve un trabajo de medio tiempo en el que mi jefe me acosaba, también me divorcié y tenía problemas económicos que me llevaron a buscar trabajo en otras cosas como el comercio, la policía o el marketing”, rememoró.

“Esas situaciones hicieron que mi estancia como estudiante se tornara más difícil respecto a acreditar ciertos exámenes o realizar algunas tareas. Aunado a que me sentía insuficiente, creía que no merecía estar ocupando ese lugar, no consultaba dudas porque pensaba que no eran importantes y que yo no lo era”, añadió.

La separación de su expareja no sólo fue compleja por lo que implicó, sino porque su propia familia la acusó de abandonar a su hijo, ya que él decidió quedarse con su padre. “Mi mamá y mis hermanas me juzgaban por la decisión de mi hijo, pero ellas desconocían las diversas situaciones que yo pasé en esa relación y lo mucho que me dolía dejarlo, pero tuve que aceptarlo desde su libertad y por el gran amor que le tengo”.

Hijos y alumnos, su motivación

Al referirse a su maternidad, Cruz Gómez no pudo contener el llanto y señaló que “ser mamá y académica son actividades que muchas veces siento que no se compaginan; cuando creo que estoy haciendo las cosas mejor en el laboratorio, fallo como mamá o al revés”.

Precisó que ser madre es estar todo el tiempo al pendiente de la comida, de la ropa, de las tareas, del aseo de la niña, de que la distancia con su hijo no afecte la relación; “aunque lo hago con mucho amor y dedicación, no puedo evitar sentirme frustrada y que en algo estoy fallando”.

Aseveró que “ser una mujer profesionista y mamá es entender que podemos hacerlo bien, pero no todo el tiempo y no todo; es esencial ser constantes, hacer las cosas con el corazón y la fuerza. Por ello es importante y no es malo contar con redes de apoyo que te ayuden a sobrellevar la carga”.

Con un cambio de semblante y una sonrisa, aseguró que su mayor motivación son sus hijos y sus alumnos. “Me siento contenta y satisfecha si las muestras en el laboratorio salen bien, y cuando mi niña grita ‘mi mamá es de la UNAM y mi mamá es de la ciencia’, eso me hace saber que ella ve que hago mi trabajo con tenacidad y que está orgullosa de mí”.

Lo mismo sucede “cuando mi hijo me nota muy abrumada y me abraza y me dice: ‘Mamá, cuentas conmigo, yo soy tu red de apoyo, estoy muy orgulloso de ti porque me doy cuenta de todo lo que has hecho para crecer y lo estás haciendo bien’”.

Además, recalcó que cuando está en el laboratorio está muy emocionada: “amo mis labores, las disfruto mucho, me fascina poder guiar a los alumnos y empoderarlos para que sientan que esto es lo suyo”.

Finalizó diciendo que “debemos reconocer que no somos las únicas que estamos pasando por la maternidad, somos muchas, que además pensamos en que todo salga bien en el trabajo; pero hay que recordar que no sólo somos eso, somos individuos fuertes que con persistencia podemos