En un recorrido por diferentes estancias científicas de la UNAM, alumnas compartieron, en entrevista, sus experiencias académicas y prácticas en los laboratorios, así como su gusto por la ciencia.

Cumplir sueños de la infancia

Eran las 11 de la mañana de un viernes e Isabel Salazar Rueda alimentaba a peces de distintos tamaños y colores en un laboratorio del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM.

Portando un vestido floreado que hacía juego con su cabello negro, la alumna tomaba los frascos de comida y los esparcía en las peceras restantes; en ese momento, recordó que descubrió su gusto por los peces en su infancia, a los 10 años, cuando observaba las peceras de sus hermanos y se preguntaba cómo estos animales podían respirar bajo el agua o si dormían y si lo hacían con los ojos cerrados.

Desde ese entonces surgió su interés por estudiar Biología. Ahora que cursa el segundo semestre de su posgrado en el cual investiga la dinámica del pez invasor guppy, que ya está presente en todos los continentes. Con su proyecto analiza cómo los cambios de temperatura afectan el crecimiento poblacional y la actividad de estos peces, es decir, cuestionamientos más complejos que los que se hacía en su niñez.

Orgullosa por ser la primera mujer científica de su familia, Isabel agradece la formación académica que tiene en la UNAM, por brindarle las herramientas y las habilidades que le ayudarán a consolidar su futuro.

Pasión por la Biología

Con una bata blanca, Angela Barrientos Chávez tomaba apuntes en la primera mesa de uno de los laboratorios de la Facultad de Ciencias (FC). Era su primera clase del cuarto semestre de la licenciatura de Biología.

Mientras su profesora le explicaba en qué consistiría su nuevo curso, ella contó que el conocimiento que ha obtenido hasta la fecha ha sido fructífero, ya que la Biología es un campo extenso, donde hay mucho que aprender y analizar.

Con mucha seguridad, refirió que “las maestras y maestros tienen una forma de enseñar única, saben cómo explicar y hacer que te apasiones por la licenciatura desde el primer día”.

Aunque también contempló estudiar Veterinaria, con el paso del tiempo se decidió por Biología porque “me apasiona su diversidad y todos los días aprendo de ella”.

Encontrar mi vocación

Cuando el reloj marcó las 12 del día, Andrea Rodríguez Medina y su compañera Daira Gillel Aguirre Mota analizaban una muestra con un microscopio del Instituto de Ingeniería de la UNAM, estudiantes de doctorado y de licenciatura, respectivamente.

Andrea relató que su pasión por la ciencia no se dio desde su niñez (como ha sucedido con varias de sus compañeras). Ella tenía un gusto por las artes y la administración; sin embargo, cursar una materia le hizo entender la ciencia de otra manera, lo que la impulsó para tomar un rumbo científico.

Desde su infancia deseó estudiar su doctorado en la UNAM y para lograrlo tuvo que superar la idea de que no sería “buena” en este campo; sin embargo, su preparación la hizo entender que tenía mucho que aportar.

Daira comentó que estudiar una licenciatura en Ingeniería Ambiental es dinámico, ya que incluye varias materias que desde su infancia le apasionaron, como lo son la biología, la física y la química.

Ahora que realiza su tesis se siente orgullosa de aplicar todos los conocimientos que obtuvo en la UNAM, para después hacerlos realidad en futuras colaboraciones de investigación.

La motivación y la persistencia han sido su impulso. “Estar aquí es una forma de demostrarme a mí misma que sí puedo”.

Apostarlo todo por la ciencia

En su lugar de investigación, un laboratorio ubicado en el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyC), Andrea Juletsy Cadena Caicedo, originaria de Colombia, contó que su mayor reto fue dejar a su familia, desde hace casi 10 años, para perseguir su objetivo de ser científica.

“Es complicado iniciar sola, llegar a un país nuevo y no tener a nadie que te oriente; sin embargo, en la UNAM me encontré con personas que fueron mi compañía y apoyo durante mi estancia académica”

Ella es alumna posdoctoral y estudia los diferentes gases que están asociados a incendios forestales. “Estoy satisfecha por lograr todo lo que siempre quise; aunque la investigación no es fácil, es algo que me apasiona y cada que comparto mis conocimientos con mi familia me hacen sentir importante y que lo estoy logrando”, sostuvo.