Las primeras, pero no las últimas: rompiendo techos de cristal
Por Yarazai Simbrón, becaria de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM
Ser licenciada, maestra, doctora, tener un cargo en la toma de decisiones es un logro que muchas mujeres, no todas y quizá tampoco la mayoría, han conseguido con esfuerzo, dedicación y trabajo. Sí, hay techos de cristal que se han roto, barreras que han caído, pero aún hay cuentas pendientes.
En el marco del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres y las Niñas, la Comisión para la Igualdad de Género (CInIG) de la Secretaría Administrativa de la UNAM reunió en un conversatorio a mujeres universitarias destacadas con el objetivo de inspirar y motivar a otras mujeres a romper estereotipos y barreras en el ámbito profesional. Bajo la moderación de Martha Alejandra Tepale Gómez, representante de la CInIG, las participantes manifestaron que el crecimiento profesional está intrínsecamente vinculado al ámbito familiar, específicamente, al trabajo de cuidados.
La doctora Herminia Pasantes Ordoñez del Instituto de Fisiología Celular, explicó que para ella fue importante separar la vida personal de la profesional, poner cada cosa en un cajón diferente. Sin embargo, los hijos son una prioridad absoluta y, por lo tanto, las madres investigadoras deben aceptar que su proyecto se va a retrasar, entenderlo ayuda a no generar culpa y/o ansiedad. “Es una etapa que va a pasar y luego podrán recuperar su investigación. Lo más importante es que no se agobien”, enfatizó.
Para evitar ese agobio, como señala la doctora Hermina, es importante contar con políticas públicas por parte de las instituciones en las que laboran las académicas. Por ello, la doctora María de la Luz de Teresa Oteyza del Instituto de Matemáticas y miembro de la Junta de Gobierno señaló que la comunidad académica y universitaria debe formar parte de la labor comunitaria de cuidados. A manera de ejemplo, habló de las actividades que organizan las Personas Orientadoras Comunitarias (POC) del Instituto de Matemáticas para los niños que acompañan a sus padres al trabajo los viernes de consejo. “Somos responsables de cuidar y fomentar el desarrollo de los niños cuando las mamás y papás están ocupados en otras áreas. Es una responsabilidad colectiva de la que hay que participar”, puntualizó.
Cabe destacar que no todas las madres, especialmente las autónomas, tienen una red de apoyo familiar ni en el ámbito laboral. Por ello, la licenciada Areli Cano Guadiana, directora general de la Auditoría Superior de la Federación, señaló que hay una responsabilidad por parte del Estado, pues no siempre se puede depender de la voluntad de la pareja, la empatía del jefe, de la disposición de los abuelos o de los esfuerzos adicionales de la madre. Si bien hay iniciativas de incorporar este tipo de derechos en la constitución, “no basta el reconocimiento legal, sino que se deben generar las condiciones operativas para todas las mujeres y hombres que se responsabilizan de sus pequeños tengan garantías para hacerlos efectivos”.
Siguiendo la misma temática, la maestra Lorena Rodríguez León, directora de la Facultad de Economía, trajo a la conversación los hallazgos de la Premio Nobel en Economía Claudia Goldin; quien explica que la maternidad tiene un rol fundamental en las diferencias de ingresos entre hombres y mujeres con las mismas cualidades y competencias. “Hay que poner en el centro la cuestión de los cuidados, nuestras trayectorias profesionales y académicas no pueden verse afectadas de manera negativa por algo tan importante como la reproducción de la vida”, señaló.
¿Cuotas de género?
“No sé si soy feminista, creo no soy de dicho pero sí de facto. No me gustan las cuotas. Hay que competir con los hombres en su terreno y ganarles”, expresó la doctora Herminia Pasantes. En torno a este comentario, se abrió una nutrida discusión en la que cada una de las panelistas se posicionó.
La doctora María de la Luz de Teresa dijo no estar segura en estar en acuerdo con la doctora Pasantes, pero sí considera necesaria una mirada con perspectiva de género para promover a una persona por sus capacidades y evitar los sesgos. A su vez, la licenciada Areli Cano expresó que la paridad de género ha hecho que mujeres en un contexto de desigualdad se incorporen a esferas del sector público y académico, pero no por ello tienen, necesariamente, menos mérito académico o laboral que sus pares hombres.
Finalmente, la maestra Lorena Rodríguez señaló la importancia de reconocer que no todas partimos de las mismas condiciones y, aunque hemos avanzado, queda mucho por hacer. En ese sentido, “son fundamentales las acciones afirmativas que impulsan una agenda de género para que mujeres colegas y estudiantes tengan mejores condiciones para ejercer su carrera”.
El encuentro reveló la importancia no sólo de quienes fueron las primeras en pisar y hacerse un lugar en territorios dominados por hombres, sino de que no han sido ni serán las últimas en hacerlo.
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