Presentación

Hacer que las mujeres, las identidades disidentes y no binarias quepan, aparezcan, pertenezcan o accedan implica deshacer y desbordar los cánones, las suposiciones y las reglas de los sistemas, instituciones o espacios a los que ellas deben ser integradas. Ellas, y sus grafías («-e», «x», «_», «@»…), no han accedido a ningún espacio nuevo o distinto del tradicional sin que el sistema del piso pegajoso y el techo de cristal haya sido modificado, sin que sean trastocadas sus reglas, sus rituales y sus convenciones. Así, en el lenguaje, nombrarlas y hacerlas aparecer hablándolas y escribiéndolas, las visibiliza, quiebra el sistema y las hace caber.

Advertencia

  •  El antimanual no es un documento oficial; es un juego de palabras.
  • El feminismo no pretende modificar el lenguaje, sino cambiar la vida.
  • El lenguaje incluyente no sexista (lins) es una pequeña insurrección feminista en contra de los usos lingüísticos que invisibilizan, ofenden, estereotipan, discriminan, relegan, inferiorizan, banalizan, ignoran, menosprecian, agreden, insultan, sexualizan, calumnian o ridiculizan a las mujeres y a los sujetos feminizados.
  • Con este ejercicio —en tanto hablantes y escribientes— nos reapropiamos del lenguaje y postulamos que la lengua tiene recursos suficientes para representar el mundo en femenino y en masculino.
  • El antimanual parte de la idea de que las prácticas lingüísticas hacen algo más que «reflejar las creencias culturales»: crean la realidad y son mecanismos de control social.
  • La subversión política que propugna el lins presupone una subversión cognitiva.
  • El lins no codifica la lengua ni altera la gramática. Es una propuesta rebelde en contra del statu quo y, por lo tanto, no hace reglas, sino que va contra ellas. No quiere imponer su punto de vista para que se vuelva hegemónico. Es una fase en el proceso de construir relaciones de género justas e igualitarias.
  • El lins no tiene que ser bonito ni tiene que gustarle a nadie; lo que pretende es incomodar, incordiar, molestar, desquiciar. Su móvil principal es político, no lingüístico ni estético.
  • No obstante, se puede hablar y escribir muy bien con lenguaje no sexista,
    de la misma forma en que se puede hablar y escribir muy mal con lenguaje sexista.
  • Nadie nos puede imponer el lenguaje incluyente no sexista.
  • Pero tampoco nos lo puede nadie prohibir.

Haz clic en la imagen para descargar el Antimanual de la lengua española para un lenguaje no sexista