Fuente: Gaceta UNAM
Por: Andrea Paz, CIGU.
En el Museo Universitario de Ciencias y Arte hubo intercambio de experiencias personales entre el estudiantado
Como parte de las actividades del Mes del Orgullo Puma, convocado por la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU), el martes 20 de junio se desarrolló el conversatorio Visibilidad de las diversidades sexogenéricas en todos los sectores de la universidad, organizado por el Programa Universitario de Bioética (PUB). El evento, realizado en el auditorio del Museo Universitario de Ciencias y Arte, reunió a seis estudiantes de diversas facultades para resaltar la importancia de la visibilidad de la comunidad LGBTIQ+.
El conversatorio, moderado por Rubén Hernández, directore de Políticas de Igualdad y No discriminación de la CIGU, abrió el diálogo a partir del intercambio de experiencias personales entre el estudiantado durante su estancia universitaria. El punto de convergencia fue la importancia de la educación universitaria para el desarrollo de sus identidades y sexualidades.
Para Aline Itzel Blanco, de la Colectiva Periferias de la Facultad de Psicología, la visibilidad tiene un papel relevante para generar un ambiente de orgullo al interior de la Universidad, además la comunicación entre las instituciones y la comunidad LGBTIQ+ es vital para el reconocimiento y conocimiento del alumnado: “El que se den a conocer nuestros deseos y necesidades abre la puerta a que se nos reconozca y así nos sintamos orgulloses”. Asimismo, destacó que los espacios de escucha ayudan a la construcción de lugares seguros y fomentan el análisis académico a partir de la transdisciplinariedad.
Por otra parte, Arturo Ortiz, integrante de Asexuales México y estudiante de la carrera de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras, consideró que una de las principales barreras que la comunidad LGBTIQ+ vive al interior de la Universidad es la falta de perspectiva de género en el debate académico. “A mí me pasó que en filosofía tienen teorías muy cerradas y que no permiten entablar un debate más allá de dos géneros”, argumentó.
¿Para qué?
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México existen cinco millones de personas que se autodenominan con una orientación sexual e identidad de género diversa. De esta cifra, al menos el 26.1 % de la población LGBTIQ+ reportó tener una idea o intento de suicidio según la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y Género (Endiseg, 2022). En la UNAM, de acuerdo con la Primera consulta universitaria sobre condiciones de igualdad de género de la comunidad LGBTIQ+, el 54.57 % de las personas consultadas afirmó que evitó hablar de su orientación sexual e identidad de género por la discriminación vivida dentro de la Universidad; por otra parte, el 17.47 % declaró haber experimentado ideaciones suicidas como resultado de la discriminación vivida dentro de la Universidad. En este sentido, la visibilidad de las diversidades permite sensibilizar y crear un clima de respeto y confianza para hablar de las situaciones reales que atraviesan.
Para María Fernanda Gutiérrez, de la Facultad de Filosofía y Letras, esta sensibilización se puede lograr a partir de la actualización y capacitación tanto del personal docente como de la comunidad universitaria en general. “Se requiere de la actualización y que estos talleres de sensibilización no se tomen como cosas para el currículo, sino que realmente haya una preocupación genuina hacia la situación de las personas de la comunidad LGBTIQ+”.
El papel institucional
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la violencia perpetrada contra las diversidades sexogenéricas está estrechamente vinculada con la existencia de prejuicios sociales arraigados en las sociedades del continente americano, y un importante componente de la respuesta del Estado frente a la violencia contra las diversidades se centra en abordar la discriminación social subyacente contra estas personas.
En el ambiente universitario, para Andras Hernández, fundadore de Resistencia no binaria, es indispensable propiciar espacios universitarios de diálogos cuyo propósito sea discutir temáticas de género de manera permanente y no esporádica. Aunado a esto, recalcó la necesidad de generar conciencia social y académica sobre problemáticas de género dentro y fuera de la universidad: “La educación sexista lleva a la patologización de la comunidad LGBTIQ+”.
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