Jorge Volpi considera que lo central para la máxima casa de estudios es revisar los procesos académica, crítica y rigurosamente, para darles difusión y contribuir a ampliar la discusión pública.

El vasto programa de 250 actividades que la UNAM dio a conocer tiene por objetivo recoger para el debate las más diversas posturas a 500 años de la caída de Tenochtitlán. Entre ellas, dos polarizadas: Memoria y olvido. A la iniciativa del gobierno de solicitar perdón a España, la labor universitaria, en boca de los organizadores de México 500, Jorge Volpi y Paola Morán, es repensarnos como país. El escritor, en su calidad de coordinador de Difusión Cultural, sostiene que “podemos tener discursos de las diferencias y, al mismo tiempo, olvidarlas hasta cierto punto para reconciliarnos”, en “un esfuerzo colectivo para poder pensar en el futuro inmediato”.

 

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Como plural que se asume, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reúne las más diversas voces, incluso con ideologías y puntos de vista diametralmente opuestos –desde la defensa de la resistencia indígena o el mestizaje y las múltiples identidades, hasta el nacionalismo mexicano posrevolucionario– en su programa conmemorativo México 500, hasta ahora el más vasto en todo el país.

Difiere con el sello de las conmemoraciones del gobierno federal a las cuales se ha señalado de “uso político de la historia”. Desde 2019, Andrés Manuel López Obrador solicitó a España que pidiera perdón y reconociera los abusos cometidos contra los pueblos mesoamericanos durante la Conquista, para lograr la reconciliación histórica. Pero ese país no ha cedido hasta hoy. En cambio, el presidente lo hizo con mayas y planea hacerlo con pueblos yaquis. Hace unos días recordó la fundación de Tenochtitlán en un acto que deslució por la discordancia de fechas, pues mientras él quiso celebrar 700 años, historiadores y arqueólogos aclararon que las fuentes establecen el año 1325 y no 1321.

La Coordinación de Difusión Cultural universitaria, encabezada por el escritor Jorge Volpi, es la responsable de articular el ambicioso proyecto iniciado en febrero de este 2021, que continuará hasta junio de 2022, con más de 250 actividades académicas, educativas y culturales, inscritas en tres ejes temáticos: Histórico-social, Cultural y artístico, y Reflexión sobre el presente, que incluirán a su vez en forma transversal Pluralidad, Multi, inter y transdisciplinariedad, Inclusión, Perspectiva de género y Descentralizac

Durante su presentación el pasado 27 de abril, vía internet, el rector Enrique Graue Wiechers destacó que los hechos de hace 500 años originaron el rumbo que gestó una nueva nación:

“Era imprescindible que la UNAM respondiera y ofreciera un programa vasto y posible para reflexionar sobre lo que hemos sido, pero también para saber dónde estamos y hacia dónde queremos ir en el futuro.”

Vía zoom, Volpi y Paola Morán Ley­va, secretaría técnica de Vinculación de la Coordinación de Difusión Cultural y de México 500, hablan con Proceso de las concepciones, propósitos, actividades y proyectos del programa. Se les pregunta cómo contribuirá para reconciliarnos con nuestro pasado, quizá algo muy complejo por la diversidad étnica y cultural.

El escritor, autor entre otras novelas de En busca de Klingsor (1999) y El fin de la locura (2003) y de ensayos como La guerra y las palabras (2004), admite la complejidad, pero considera que lo central para la máxima casa de estudios es revisar los procesos académica, crítica y rigurosamente, para darles difusión y contribuir a ampliar la discusión pública.

Enfatiza:

“Los procesos de reconciliación tienen que ver con dos políticas distintas y contrarias: políticas de la memoria, pero también políticas del olvido. El exceso de memoria lo hemos visto en Europa del Este, en lo que pasó en la antigua Yugoslavia. Cuando se asume como actual una herida histórica, como la derrota de los serbios en Kósovo, ese exceso de memoria, en lugar de conducir a una discusión crítica del pasado, conduce a reavivarlo en el presente, eso terminó provocando la catástrofe de las guerras y matanzas, como la de Srebrenica.

“Necesitamos políticas del olvido, esa es la complejidad de la historia. Y éstas tienen que ver con la reconciliación, con olvidar las diferencias. Es decir, podemos tener discursos de las diferencias y, al mismo tiempo, olvidarlas hasta cierto punto para reconciliarnos. Esto no depende solamente de la revisión o del estudio del pasado y de su uso, sino realmente de un esfuerzo colectivo de un país como el nuestro para poder pensar en el futuro inmediato.”

La tarea universitaria, remarca Morán, es poner los temas sobre la mesa para pensarnos y repensarnos.

Y tal es el propósito de esta plataforma que, explica Volpi, aglutina los esfuerzos de profesores e investigadores de escuelas, institutos de investigación, centros y otras instancias de la propia Universidad. No es un programa “diseñado desde arriba” o con “una orientación central” o “una ideología clara”. Al contrario, está hecho como funciona la Universidad, resaltando la pluralidad y variedad de puntos de vista.

“De esta manera se convierte en el programa más rico, más variado, más plural, en términos académicos y artísticos, en nuestro país.”

Nueva oportunidad

–¿Cuál es la posición de la Universidad en relación con el reclamo del gobierno federal de solicitarle perdón a España en el siglo XXI, por la Conquista ocurrida hace 500 años, de la cual somos producto y nos ubica en el mundo occidental?

–Bueno, la Universidad no tiene una posición oficial sobre este punto, precisamente porque la idea de nuestro programa es la variedad de puntos de vista, la pluralidad, donde puede haber investigadores de acuerdo con esas pedidas de perdón que ha hecho el gobierno –y que en realidad son parte de muchos procesos hechos en otras partes del mundo, relacionados con eventos históricos, como el Holocausto–, hasta aquellos que no están de acuerdo y les parece irrelevante.

–Como exdiplomático (agregado cultural en Francia), ¿considera que pedir perdón contribuye de alguna manera?

–Aquí quisiera reservarme mi opinión. Si la entrevista fuera a mí como persona, tal vez tendría mis propias opiniones, pero como lo estamos haciendo en la parte de coordinador de México 500, no quisiera que se confunda una posición personal, y no hay posición oficial por parte de la Universidad justamente para respetar esa pluralidad.

Recientemente, el gobierno de España expresó su deseo de sumarse a las conmemoraciones, tanto por los 500 años de la caída de Tenochtitlán como de los 200 años de la consumación de la Independencia. Pero, según información de Alejandro Gutiérrez, corresponsal de Proceso (2322) en Madrid, el gobierno mexicano lo excluyó de las invitaciones, lo cual tensó las relaciones bilaterales.

Ello contrasta también con el programa universitario, que incluye actividades como el diplomado en línea “Encuentros y desencuentros de la lengua española y de las literaturas hispánicas”, organizado por la Cátedra Extraordinaria Carlos Fuentes de Literatura Hispanoamericana y el Centro de Estudios Mexicanos UNAM-España, que cuenta con la participación de 30 ponentes de 12 países, incluido España.

Son distintas actividades de diferentes áreas de la Universidad, subraya Volpi, y demuestran preocupaciones de muchos tipos. Otras tienen que ver con la resistencia indígena y muchas “tienen cierta coincidencia con programas del gobierno federal”. La Universidad desea aportar “una discusión abierta, rigurosa, minuciosa, variada”, dice, sobre un tema que, aunque histórico, se vuelve presente, y muestra cómo también tiene usos políticos, como los ha tenido siempre: la formación de la nacionalidad, la idea misma de nación, de la mexicanidad, “todas esas cuestiones derivan de la historia y adquieren un matiz ideológico y a veces también un matiz político”.

Paola Morán va desglosando algunas de las actividades, entre ellas la biografía colectiva, con perspectiva de género, Malinche/Malinches, un ciclo de charlas y conferencias que se lleva a cabo los viernes a las 19:00 horas hasta el próximo 22 de agosto, en forma virtual y presencial, en el Museo Universitario del Chopo y en su Face­booklive. Y pueden colaborar en la creación “todas las personas cuya identidad de género sea femenina”.

Otra más es el Mapa Descolonial, “donde estamos invitando a la comunidad universitaria y al público general para reflexionar sobre el significado de la Conquista, hoy, en la vida cotidiana, y luego a pensar en un mundo mejor donde quepamos todas y todos y todes. La propuesta es a enviar un ensayo, ilustración, un audiovisual con esta reflexión”.

Con la embajada de España en México, la Coordinación para la Igualdad de Género y la Cátedra Inés Amor se organiza el foro “Objetos enjaulados, voces silenciadas, archivos, colecciones y museos vistos al revés”, donde se cuestiona el discurso de la historia ganadora y qué deberían hacer los museos frente a él.

En 2010 se conmemoraron el Bicentenario del inicio de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana. Entonces se habló también de reflexiones para construir un mejor proyecto de nación a futuro, una oportunidad perdida entonces por el gobierno de Felipe Calderón. Se le pregunta a Volpi qué considera que cambió en México para que hoy se dé esta nueva oportunidad.

Hay muchas razones, “incluso neurológicas, en los seres humanos que nos anclan a fechas y números redondos, 25, 50, 100, 500, 700 años, que parecieran el disparador de una renovación en el debate” de lo que un acontecimiento histórico representa en el presente. Sí hubo, dice, una reflexión importante en 2010 y hay una gran cantidad de libros, “ahí donde está Paola se ven”, pero la reflexión “no siempre va acompañada, por fuerza, de una transformación política y social inmediata:

“Por supuesto, quisiéramos desde la Universidad que lo que va a discutirse, reflexionarse, presentarse, publicarse, contribuya a tener un país, sobre todo, menos desigual que el que acarreamos desde hace siglos. Me parece el mayor pendiente, y desde luego contribuir a avanzar en los procesos de inclusión y democratización aún sin acabar.”

Pero los procesos históricos son más lentos que los de reflexión, añade. De cualquier modo, las conmemoraciones son ideales para hacerlas, particularmente en el ámbito universitario y más allá de que los gobiernos en turno hagan uso político, por ejemplo, ahora con los 200 años de la muerte de Napoleón Bonaparte en Francia.

Visiones equívocas

Tlatelolco será uno de los protagonistas del programa pues ahí encabezó Cuauhtémoc la resistencia y la ciudad cayó, como Tenochtitlán, el 13 de agosto de 1521. Desde el 5 de mayo y hasta el 24 de noviembre próximo, todos los miércoles de las 18:00 a las 20:00 horas, se lleva a cabo el coloquio “Colegio de Tlatelolco. Conquistas, resistencias y diálogos”, que cuestiona la construcciones de la identidad, memoria y la narrativa histórica oficial.

–¿Cómo debemos entender en la actualidad lo que es la nacionalidad mexicana?

Morán cuenta que lo han discutido con varios de los integrantes del Consejo Asesor de México 500, entre quienes se encuentran los investigadores Federico Navarrete, Rafael Urroz, Úrsula Camba, Yásnaya Aguilar y María Castañeada. Para Navarrete, dice, muchos problemas actuales, como la violencia de género, el racismo y el clasismo, se gestaron hace 500 años, y se debe terminar con el mito de la identidad para pensar en plural, identidades y memorias.

Tercia Volpi:

“Decía Karl Deutsch, tal vez de manera muy extrema, que una nación es un grupo de gente unida por una visión equivocada del pasado y el odio a sus vecinos. Y aunque es muy extrema, tiene bastante razón en que así nacen los nacionalismos”.

Detalla que, equívocamente, al pasado se le simplifica y usa políticamente, y siempre se piensa en la diferenciación con los otros. Las conmemoraciones deberían servir para que “la visión equivocada, simplificada, politizada, pueda estudiarse, variarse y que sea mucho más compleja”, al tiempo que las comunidades vecinas, marcadas también por lo que significa ser mexicano, encuentren y tengan sus propios relatos.

Se le comenta entonces que desde las conmemoraciones en 1992 de lo que, por sugerencia de Miguel León-Portilla, se llamó el V Centenario del Encuentro de Dos Mundos, se ha demonizado el ingrediente español como el genocida del México antiguo, al tiempo que, como lo ha expresado Federico Navarrete, permanece el racismo.

“Es toda la complejidad histórica frente al relato equivocado del pasado, construido primero en el siglo XIX con la Independencia, de diferenciarnos forzosamente de España, y luego en la Revolución mexicana, para acentuar el nacionalismo mexicano como una mole perfectamente definida e indiferenciable, cuando es mucho más complicado.

“Federico ha contado perfectamente toda la historia de los pueblos indígenas que se unen a los españoles para derrotar a los aztecas.”

Son procesos, insiste, mucho más complejos que la historia oficial del nacionalismo mexicano, simplificada con fines políticos en cada momento. Y que la Universidad busca revelar y abrir a debate.

En este sentido, Morán abona que en los foros y reflexiones se aprovechará parte de lo ya existente, pues en ello trabajan los investigadores como parte de su quehacer cotidiano. Como ejemplo menciona justo un seminario de Navarrete sobre el Lienzo de Tlaxcala y su proyecto Noticonquista, en los cuales está elaborando un videojuego para relatar la visión de los tlaxcaltecas: cómo se aliaron primero con los texcocanos y después con los españoles contra los mexicas, aliados a su vez con los tlatelolcas. La idea de españoles contra aztecas simplificó por años la diversidad de pueblos y comunidades que ahora forman parte de la historia.

–A los tlaxcaltecas se les ha visto como traidores, ¿se les reconoce la autodeterminación de haber apoyado a los españoles contra quienes los sometían?

–Sí, incluso su lugar en la historia. Esa es otra de las polémicas, La visión de los vencidos, de don Miguel León-Portilla, fue muy importante, pero estamos repensándolo, porque incluye crónicas tlaxcaltecas cuando ellos fueron ganadores, ¿no? Entonces los tlaxcaltecas, desde la visión de los ganadores, tienen mucho que decir y lo estamos trabajando en este videojuego. Y también una serie de charlas y conferencias y una exposición en Tlatelolco a finales de año, que se llama Pintar el lienzo de Tlaxcala.

Por su parte, Volpi recuerda que los tlaxcaltecas tejieron su red de alianzas (no sólo en el terreno bélico, hubo matrimonios) y la mantuvieron por años, incluso emprenden el Camino Real para la conquista del norte como aliados, no como sometidos.

Para agosto próximo, lo cual se anunciará en su momento en una conferencia de prensa con Ricardo Raphael, director del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, se inaugurará un recinto para reflexionar sobre las memorias y mostrar la colecciones de arte prehispánico, propiedad de la Universidad, entre ellas la donada hace años por Rodolfo Stavenhagen.

El programa completo de México 500 está disponible en https://mexico500.unam.mx.

 

Publicado en Revista Proceso.