Ciudad de México. Resolver el problema de la desigualdad de género es, sin duda, uno de los grandes retos del siglo 21; desmontar una historia de inequidad y una cultura patriarcal y excluyente no es labor sencilla, pero no por ser difícil es inalcanzable y todos los esfuerzos y estrategias que podamos compartir e implementar para lograrlo son pasos certeros hacia un progreso, señaló el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers.

Al participar en el “Segundo Congreso de Políticas Universitarias de Género, Interculturalidad e Inclusión”, que se llevó a cabo a distancia en la Universidad Veracruzana consideró que se debe reconocer que hay avances, que no son suficientes y a veces se antoja que son un pesado buque que vira despacio buscando nuevos horizontes.

“No hay que cejar en ello. Necesitamos y nos urgen medidas que transformen las estructuras de exclusión que restringen el acceso de las mujeres al ejercicio pleno de derechos y oportunidades”, señaló ante la coordinadora para la Igualdad de Género, de la UNAM, Tamara Martínez Ruíz.

Advirtió que el cambio debe darse de manera permanente en las casas de estudio, donde se tiene una responsabilidad ineludible para garantizar la inclusión, interculturalidad e igualdad de género dentro del marco de acción de las universidades.

Comentó que si se practica la igualdad y la inclusión, el estudiantado se formará diferente: asimilará una cultura de igualdad de oportunidades y de respeto a los géneros y las diversidades. Si en ese ambiente los educamos y convivimos, ellas y ellos las practicarán en su área de influencia y podrán transformar a la sociedad.

“Pensar y reflexionar en distintas perspectivas, ver nuevas realidades y avanzar hacia escenarios más justos, debe ser la meta a perseguir y reconocer, de una vez y para siempre, el valor de la dignidad humana y el deber que tenemos, todas y todos, de nutrirlo y protegerlo”, enfatizó el rector.

 

Publicado en La Jornada.