«Se inaugura en La Habana la Cátedra Extraordinaria María Zambrano»

Fuente: Gaceta UNAM Feb 20, 2025

Por: Sede UNAM-Cuba

Sandra Lorenzano, Luis García Montero, Miriam Nicado y Josefina Vidal. Foto: cortesía UNAM Cuba.

La Habana. Cuba– “María Zambrano quiso separarse al mismo tiempo de la avaricia capitalista y de la soberbia de los tiranos. Buscó una razón poética en la que el respeto a la dignidad humana evitase convertir el progreso técnico en un bombardeo de destrucción masiva. No es mala lección en los tiempos que corren. Universidades con alma, Estados con corazón, razones con poesía, para alejarnos al mismo tiempo de los fanatismos y de las matemáticas sin escrúpulos”, dijo Luis García Montero, director del Instituto Cervantes.

 

El también poeta dictó la conferencia inaugural de la Cátedra Extraordinaria María Zambrano. Filosofía, poesía, género, exilios, un proyecto conjunto de la UNAM, el Instituto Cervantes y la Universidad de La Habana.

El martes 18 de febrero, en el Anfiteatro de la Universidad de La Habana, el poeta reflexionó en torno a la vigencia del pensamiento de la filósofa nacida en Vélez Málaga, y especialmente sobre el concepto de “razón poética”.

Desde la perspectiva de Zambrano, indicó, la filosofía no debe limitarse a lo puramente lógico o racional, sino que tiene que abrirse a lo poético, lo intuitivo y lo emocional, para comprender más profundamente al ser humano y al mundo.

García Montero destacó el vínculo de Zambrano con Cuba, donde pasó largos periodos de su exilio. La rica correspondencia que intercambió con José Lezama Lima, entre otros, es muestra de la cercanía que tuvo con los escritores cubanos, en especial con los del Grupo Orígenes.

“Así le escribe a Lezama Lima: ‘… en la Habana he visto más que en parte alguna el alba’. Recordarán ustedes –continuó el poeta granadino–, que una de las frases más significativas del Quijote empieza diciendo: ‘La del alba sería…’, bueno, pues eso fue para María Zambrano su amistad con Cuba y los que acogieron su vida de exiliada en la isla. Fue luz, fue alba y fue un recuerdo que mantuvo hasta su regreso a España en 1984. Así que, celebremos la idea de la UNAM de abrir la Cátedra María Zambrano, y el Instituto Cervantes seguirá defendiendo el valor de la unidad de nuestra cultura frente a cualquier tipo de desprecio y autoritarismo”.

Acompañado por la rectora de la Universidad de La Habana, Miriam Nicado García; por el embajador de México en Cuba, Miguel Díaz Reynoso; por la viceministra de Asuntos Exteriores de Cuba, Josefina Vidal Ferreiro, así como por la directora de UNAM-Cuba y coordinadora de la Cátedra María Zambrano, Sandra Lorenzano, García Montero comentó: “La Cátedra es un espacio que nos ayuda a pensar el papel de nuestra cultura, en el mundo que heredamos, pero sobre todo en el mundo que nos espera desde hoy”.

En su intervención, el embajador Miguel Díaz Reynoso recordó el vínculo histórico que une a México, Cuba y España, y destacó especialmente la generosidad del expresidente Cárdenas al recibir al exilio republicano español en nuestro país, así como su visión política profundamente latinoamericanista y su cercanía con Cuba.

Rememoró el amor de María Zambrano por la isla caribeña, a quien dedicó el ensayo llamado “La Cuba secreta”.

Sandra Lorenzano, por su parte, habló del enorme agradecimiento que María Zambrano sintió siempre hacia México.

“… ningún país nos quería a los refugiados españoles, sólo México, sólo México, no me cansaría de decirlo, como una oración. Sólo México nos abrazó”, escribió Zambrano en un artículo publicado en 1989.

En la ciudad de Morelia, Zambrano terminó de escribir y revisar dos de sus obras más importantes, Pensamiento y poesía en la vida española y Filosofía y poesía. A pesar de haber estado menos de un año en la capital michoacana, dijo Lorenzano, la impronta que ese tiempo dejó en su memoria fue tan fuerte que México se convirtió en el emblema de la libertad en la vida de la filósofa. Tanto, que es con una referencia a ese periodo como inició el discurso que pronunció al recibir el Premio Cervantes, siendo, por cierto, la primera mujer en recibirlo.

Dijo Zambrano en esa ocasión: “… seguidme hasta una hermosa ciudad de México, Morelia, cuyo camino no busqué, sino que él mismo me llevó a ella, igual que a tantos otros españoles recién llegados al destierro. Allí me encontré yo, precisamente a la misma hora que Madrid –mi Madrid– caía bajo los gritos bárbaros de la victoria. Fui sustraída entonces a la violencia al hallarme en otro recinto de nuestra lengua, el Colegio de San Nicolás de Hidalgo, rodeada de jóvenes y pacientes alumnos. Y, ajena desde siempre a los discursos, ¿sobre qué pude hablarles aquel día a mis alumnos de Morelia? Sin duda alguna, acerca del nacimiento de la idea de la libertad en Grecia”.

Y tal vez sólo por ello, concluyó Lorenzano, “valga la pena seguir haciendo lo que hacemos: para que alguien pueda seguir hablando de la idea de libertad”.

El cierre estuvo a cargo de Miriam Nicado, quien subrayó la importancia de crear, desde las instituciones académicas y culturales de nuestros países, puentes de conocimiento, de solidaridad y de amistad, objetivos que guían del trabajo de la Cátedra María Zambrano.