Fuente: La Jornada
Las mujeres dedican 268 minutos por día a las tareas de cuidado no remuneradas, mientras que los hombres sólo pasan 155 minutos en esas labores; es decir, ellas invierten casi el doble de tiempo en esos menesteres. Éste fue uno de los aspectos de la desigualdad que reveló la pandemia.
Asimismo, más de 600 millones de mujeres no pueden tener un trabajo remunerado por tener que dedicarse a los cuidados, en comparación con sólo 41 millones de hombres, expusieron académicas y feministas en el seminario internacional El Estado y la sociedad frente a los cuidados.
Tamara Martínez, coordinadora para la igualdad de género de la UNAM, refirió que se deben “ampliar los diálogos sobre la estructura de la división sexual del trabajo, el trabajo reproductivo, el no remunerado, así como las desigualdades estructurales que se sostienen a partir de la feminización, de la falta de reconocimiento y de la precarización de las vidas de quienes realizan labores de cuidado, y que principalmente somos las mujeres”.
Patricia Galeana, presidenta fundadora de la Federación Mexicana de Universitarias, detalló que en los países de Latinoamérica “las mujeres con hijos tienen 54 por ciento de posibilidades de conseguir un empleo, mientras que los hombres con hijos tienen el doble de posibilidades”.
Martínez añadió que los debates sobre los cuidados han puesto sobre la mesa la necesidad de un cambio en los sistemas de valores y añadió que “desde hace décadas diferentes vertientes de los feminismos han pugnado por que las tareas y de cuidado, en especial las que se realizan de manera no remunerada en los hogares o en los vínculos de intimidad sean entendidas como un trabajo, con todas las consecuencias que esto implica: reconocimiento legal, acceso a derechos laborales e inclusive remuneraciones”.
Aparte, en el lanzamiento de la convocatoria Hombres por la igualdad, Mario Lugo Bonillas, coordinador de campañas de ONU Mujeres, resaltó la importancia del involucramiento de hombres, niños y jóvenes en el trabajo por la igualdad “y en que haya masculinidades positivas no violentas y corresponsables”.
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