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En el orden establecido diacrónicamente y consumado sincrónicamente se ha producido una paradoja de la doxa: las relaciones de dominación, sus derechos y sus contra derechos, sus privilegios y sus injusticias. Estos elementos se perpetúan fácilmente a partir de coincidencias históricas, condiciones de existencia intolerables que resultan aceptables y procesos biológicos naturales.

La dominación masculina, como todas las formas de dominación y desequilibrios sociales se imponen y se continúan a partir de una sumisión paradójica, reflejo de una violencia simbólica. Su perpetuación se origina en una violencia dulce, insensible e invisible, incluso, para las mismas víctimas.

Participante(s): Dra. Margarita Palacios Sierra Facultad de Filosofía y Letras Seminario universitario de Estudios del discurso forense (SUEDIF).

Dirigido a: Público en general.

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