«Hacemos Memoria: periodismo para la construcción de paz»
Desde hace 12 años, la iniciativa de la Universidad de Antioquia hace del periodismo una herramienta para activar la memoria.
Fuente: Corriente Alterna Sep 30, 2025

“Siempre tuvimos la razón”. Esa es la frase que acompaña a las madres buscadoras del barrio conocido como la Comuna 13, en la ciudad colombiana de Medellín. Esa es la leyenda impresa en las playeras que las mujeres portaban cuando se reunieron con integrantes de colectivos de grafiti para replicar un mural elaborado el 12 de enero de 2025 y que, en menos de 24 horas, la alcaldía tapó con pintura gris.
Después de la censura, y en solidaridad con las madres, diversos colectivos crearon 76 murales en 21 departamentos (equivalente a estados) y 46 municipios de Colombia. En esas pintas se lee la frase: “Las cuchas [Las madres] tienen razón”.
Durante 22 años, madres de personas desaparecidas denunciaron que el lugar conocido como La Escombrera, ubicado en la Comuna 13, era utilizado como un sitio de desaparición. Fue hasta diciembre de 2024, que una intervención de especialistas forenses del lugar lo corroboró.

Los hallazgos generaron mucha atención mediática tanto en Colombia como en otras naciones. Tal fue el acoso que sintieron, que las madres buscadoras decidieron ya no dar más entrevistas.
Ante ello, periodistas y académicos que forman parte de Hacemos Memoria, unidad de la Universidad de Antioquia, decidieron hacer: “La Escombrera: Cronología de una búsqueda”, una detallada línea del tiempo que parte de los años 2000 y que está en continua actualización para entender el contexto de lo sucedido en la Comuna 13.
Hacemos Memoria se creó hace 12 años y tiene como objetivo proponer diálogos públicos, asesorar y acompañar iniciativas ciudadanas, ofrecer programas de formación e investigar sobre conflictos armados, procesos transicionales y memorias.

Memoria para la paz
El trabajo de Hacemos Memoria se presentó como parte de la Primera Semana Nacional de Cultura de Paz, que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó del 8 al 14 de septiembre de 2025. Durante esos días se organizaron actividades para reflexionar las formas de violencia y cómo contrarrestarlas para resarcir el tejido social, colocando en el centro de la discusión el arte y la cultura.
Fue en ese marco que el 9 de septiembre, la Unidad de Investigaciones Periodísticas (UIP) convocó a la Clase Magistral “El papel del periodismo colombiano en la construcción de la memoria”, dictada por las periodistas colombianas Patricia Nieto y Margarita Isaza, integrantes del comité académico de Hacemos Memoria.
Patricia Nieto explicó que el periodismo tiene mucho que hacer en el tema de la memoria:
“Nuestro ejercicio va más allá de registrar lo que la sociedad hace en términos de memoria… es proponer, desde nuestro propio trabajo diario, una acción a favor de la memoria… El trabajo periodístico también consiste en activar la memoria”.

Nieto es autora de libros como Los escogidos (2012) y Crónicas del paraíso (2022). En todos ellos, el periodismo y la literatura se unen para hacer memoria sobre las víctimas del conflicto armado que vivió Colombia.
El 26 de noviembre de 2016 se firmó el Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Desde entonces, el país vive en proceso de transición. Y, en ese sentido, el trabajo de Hacemos Memoria busca colocar a las víctimas del conflicto en el centro, “para velar por sus derechos a la justicia, a la reparación, a la memoria y a la no repetición”, dijo Isaza.
Con sede en la Universidad de Antioquia desde el año 2013, la unidad trabaja con tres universos teóricos: la memoria política y social, la violencia política y el periodismo. Por ello, el periodismo se enlaza con otras disciplinas como la sociología, la bibliotecología, la historia y la antropología.

Decálogo del periodismo para la memoria
En América Latina, después o durante las dictaduras del Cono Sur, calles, medios, gradas, murales, teatros se convirtieron en espacios para hacer de la memoria no un texto, no un libro, no un documento académico sino una actividad, por lo tanto, un tema de actualidad.
Es ahí, señaló Nieto, donde el periodismo comienza a tejerse con los conceptos de memoria social y violencia política:
“La persona con memoria asume la responsabilidad de conocer en profundidad los hechos del pasado de la violencia política. Les da un sentido, y una vez que los han comprendido en su complejidad, los comunica con la intención de contribuir a la verdad, la justicia y la no repetición”.
En Hacemos Memoria la violencia política se entiende como “aquella confrontación armada a la que se llega por el interés de diferentes actores en mantener, modificar, sustituir o destruir un modelo de Estado o sociedad, o para reprimir a un determinado grupo social por sus afinidades políticas, culturales o ideológicas”.
La definición, explicó Nieto, es “cosecha colombiana”, ya que la tomaron del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), un centro jesuita especializado en cuestiones sociales, que han reflexionado sobre la violencia durante más de 50 años, y que trabaja activamente con las comunidades por la defensa de los derechos humanos.
Una vez entendidas las definiciones de memoria social y violencia política, puede comprenderse cómo ambas tienen sentido con el periodismo, que busca el bienestar y la libertad ciudadana.

Nieto enfatizó que el programa utiliza el periodismo narrativo, porque “la memoria necesita historias”. Este género, explicó, toma de la literatura recursos y estrategias para hacer escenas, usar una voz, ubicar el punto de vista o apelar al uso de diálogos como ocurre en el teatro.
A partir del trabajo realizado durante 12 años, Hacemos Memoria ha creado sus propias metodologías, así como un decálogo para el periodismo que quiera seguir esa línea de trabajo.
El primer punto de ese decálogo es que el deber del periodismo es producir la información que la sociedad necesita para el ejercicio de la democracia. Además, tiene una responsabilidad social con la consolidación de una democracia de calidad. Y para lograr esto último, Nieto apuntó que es importante la vigilancia permanente de quienes ejercen el poder, y ahí radica la responsabilidad del periodismo.
El decálogo también señala que en las sociedades en donde ha habido guerra y conflicto armado, el periodismo tiene un “deber de memoria”. Es importante asumir que el deber de recordar no sólo es de la sociedad, los líderes políticos o de organizaciones sociales, “el periodismo debe encarnar y asumir el papel de recordar”.

El periodismo, además, tiene un compromiso con la construcción de paz. Nieto explicó que la paz no es un estado idílico en el que no hay conflictos ni debates. “La paz es el estado en el que una sociedad puede habitar la diversidad de pensamientos, posiciones y la posibilidad de coexistir bajo esa diversidad”.
El decálogo contempla que el cuidado a la vida e integridad del periodista es más importante que cualquier información y que la escucha debe estar basada en el respeto, la diversidad y la inclusión: al trabajar con víctimas, se trabaja también con personas que han sido responsables de atrocidades. Hay que escuchar con paciencia. Y comentó, “nuestro periodismo por esa razón es mucho más lento, porque se busca llegar a la encrucijada y lograr espacios de participación para las comunidades en la producción de noticias”.
Otros principios de Hacemos Memoria son que el periodista protege a sus fuentes y genera con éstas una relación ética; que el medio y sus periodistas deben abrir espacios de comunicación con las audiencias, y que los procesos de producción periodística requieren formación académica “hacia dentro y hacia afuera”. Y es por ello que, imparten diplomados en los que se invita a participar a integrantes de las comunidades.
El último punto del decálogo dice que como parte del compromiso con la verdad y el respeto a las audiencias, el medio dará a conocer sus procesos, alianzas y formas de financiación.

Las comunidades como principio
Margarita Isaza explicó que los tres ejes de trabajo del equipo de Hacemos Memoria son la búsqueda de personas desaparecidas y la búsqueda de la verdad; el acceso a la justicia y la reparación, y la memoria.
Los integrantes del equipo se acercan a los municipios que fueron más afectados por la guerra que vivió Colombia:
“Siempre con la idea de hablar con la comunidad y ver qué podemos hacer, en qué podemos trabajar con metodología periodística, participativa, y qué productos. La comunidad decide qué necesita o qué sería bueno para sus procesos de memoria, resistencia y lucha política”.
Una vez que se inicia el trabajo, se realizan reuniones y hay siempre una constante comunicación entre el equipo de Hacemos Memoria y la comunidad. De lo que se trata, resaltó Isaza, es que las personas contribuyan y puedan ser acompañadas —con la ayuda del periodismo y sus metodologías— en estos procesos de memoria para la comprensión de su presente.
En el municipio de Granada, al oriente de Antioquia, por ejemplo, la Asociación de Víctimas Unidas de Granada (Asovida), medios de comunicación locales y otras organizaciones aceptaron la invitación de Hacemos Memoria a participar en un proceso de asesoría y construcción de memoria desde la perspectiva del periodismo.
El resultado fue “Granada: Una historia de dolor y resistencia”, un especial periodístico que narra —a través de infografías, vídeos y fotografías—, las causas del conflicto armado en el municipio. En el sitio de internet de Hacemos Memoria se pueden encontrar otros trabajos que el equipo ha realizado con las comunidades y municipios del departamento de Antioquia, así como libros, documentales e infografías.





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