El Instituto de Biotecnología encabeza el proyecto

«Estudian la microbiota del camarón blanco para mejorar su producción»

Fuente: Gaceta UNAM Ene 6, 2025

Lograr cultivos de buena talla y libres de enfermedades es una prioridad de la industria: Fernanda Cornejo, del IBt

Por: Patricia López Suárez

La científica universitaria. Foto: Francisco Parra.

México está entre los 10 mayores productores de crustáceos en el mundo, y tiene al camarón blanco del Pacífico (Litopenaeus vannamei) como una de las especies más importantes tanto en la pesca como en la acuacultura nacionales.

Con el propósito de mejorar los cultivos y lograr un camarón blanco más sano, de mayor peso y en un tiempo de crecimiento adecuado, María Fernanda Cornejo Granados, investigadora del Instituto de Biotecnología (IBt) de la Universidad Nacional, encabeza un estudio para indagar la microbiota del crustáceo, es decir, el conjunto de microorganismos que se encuentran en su tracto digestivo.

La química y sus colaboradores laboran de manera conjunta con especialistas del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) y de la granja camaronera El Renacimiento, de Sinaloa, con quienes realizan desde colecta en la granja hasta estudios de laboratorio en el campus Morelos de la UNAM.

El camarón blanco es de una de las especies más cultivadas en el mundo, contribuye con el 55 % de la producción mundial de esa especie; en nuestro país Sinaloa y Sonora son los estados de mayor captura y donde hay un alto nivel de importación, por lo que lograr cultivos de buena talla y libres de enfermedades es una prioridad de la industria, explicó Cornejo Granados al ofrecer una conferencia sobre el tema en el Seminario del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Química de la UNAM.

Larvas de calidad

La científica comentó que las enfermedades y el acceso a larvas de calidad está entre una de las mayores preocupaciones de la industria; por ello, es desde esta etapa que interviene la ciencia para estudiar los microorganismos que viven en el crustáceo y de esta manera constatar que está en condiciones adecuadas para que de esas larvas crezcan camarones grandes y sanos.

“Al estudiar la microbiota del camarón identificamos bacterias, virus, hongos y arqueas presentes en el estómago y el intestino del crustáceo en desarrollo. Así podemos distinguir algunos nocivos e incentivar a otros con probióticos”, destacó Cornejo Granados.

México está entre los 10 mayores productores de crustáceos en el mundo

La investigadora y sus colaboradores del IBt publicaron el primer estudio científico que caracterizó la microbiota de L. vannamei, del que desarrollaron una línea genética que ha tenido impacto en la industria, pues al conocer la información genética del hospedero (el camarón) y la microbiota, los científicos pueden ubicar la coevolución con genomas que son simbióticos.

“La idea es identificar y bloquear a algunos microorganismos nocivos, mientras que otros positivos para el desarrollo del camarón se estimulan a nivel estómago e intestino con probióticos (microorganismos vivos que al consumirlos proporcionan beneficios para la salud)”, afirmó.

Los especialistas del IBt han estudiado la microbiota a nivel de genes, y han identificado algunos con microorganismos más diversos.

Al modificar dichos genes en las larvas y reducir los microorganismos tóxicos, la productividad del camarón blanco del Pacífico ha aumentado en el tonelaje industrial.

“El peso en el mercado lo dicta el del camarón. En el gen 1 estudiado y modificado logramos 2.9 toneladas de camarón por cultivo, mientras que en el gen 2 llegamos a 2.3 toneladas”, señaló.

“La importancia de este estudio radica en la cercana interacción entre academia e industria para lograr resultados positivos y a largo plazo”, finalizó.