«Espacios virtuales generan inseguridad y angustia en infancias y adolescencias»
Fuente: Gaceta UNAM Ene 16, 2025
Debido al fenómeno conocido como grooming o ciberacoso, hay que buscar acercamientos con los jóvenes a partir de una escucha empática: María Santos Becerril Pérez, de la FP
Por: Laura Lucía Romero Mireles
Niñas, niños y adolescentes se vuelven vulnerables al llamado grooming o ciberacoso cuando carecen de cercanía emocional y comunicación asertiva y abierta con las personas con quienes viven, conviven o los cuidan, explicó María Santos Becerril Pérez, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Al abordar el tema “El impacto del grooming en las infancias y adolescencias”, la doctora en psicología enfatizó que este fenómeno, mejor conocido como ciberacoso, tiene específicamente una connotación sexual y se realiza por parte de personas adultas, quienes usan perfiles falsos en las redes sociales o videojuegos para engañar y buscar cercanía con ellos. Cuidarlos es una responsabilidad compartida, que requiere escucha activa, así como acompañamiento empático.
A esta problemática se suma que usualmente no tienen límites ni supervisión en el uso de tecnologías, y tampoco cuentan con horarios y tiempos establecidos. Por lo general son criados bajo prácticas permisivas, negligentes (en abandono), inconsistentes o abusivas, detalló.
Es corresponsabilidad del adulto y de quien vende el producto señalar si es o no apropiado para las poblaciones infantil y adolescente. No obstante, los padres de familia se dejan llevar por la vox populi y si todos tienen cierto videojuego, “da igual si es apropiado o no, hay que comprarlo para que juegue con los amigos de la escuela”.
Durante el ciclo UNAMirada desde la Psicología, expuso que en nuestro país 50 % de niñas y niños de 5 a 11 años son usuarios de internet. Esto es impactante porque si bien la tecnología ha generado nuevas habilidades en las infancias y las adolescencias, también se ha constituido en un factor de riesgo, en particular cuando no hay un acompañamiento apropiado.
El inicio y acercamiento se da a partir de los dos años, o antes, aunque científicos han determinado que previo a esa edad no deberían estar en contacto con ninguna pantalla porque no promueve el neurodesarrollo, pero hay una sobreestimulación a nivel neurológico.
Para el caso de los adolescentes, de 80 a 94 % de 12 a 17 años tiene internet y una computadora. Pero se han encontrado riesgos a partir del uso de esa tecnología; por ejemplo, 25 % de ellos ha vivido ciberacoso, por lo que hay que encontrar estrategias para su asistencia.
Al respecto, explicó, 24 % de las madres y padres reportan sólo tener el control parental y, a veces, no adecuado para esas edades.
Con base en datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, mencionó que 49.6 % de las y los adolescentes pasan más de cinco horas diarias en la red; 21.6 % lo hacen por más de cinco horas por la noche.
Los espacios virtuales les generan emociones, como alegría (96.9, en puntos porcentuales), tranquilidad (81.6), así como comprensión y apoyo (71.6, que se vuelve un factor de riesgo), pero también inseguridad (27.9) y angustia (17.9).
Otros datos que perfilan por qué una persona puede sufrir grooming es que 27.2 % buscan ser populares al estar en las redes sociales; 27.8 quiere ser aceptado; 44.3 para no sentirse solo; y 58.1 quiere tener amigos. En términos de acoso, 42 % menciona que recibió mensajes de contenido erótico o sexual, y 11.4 fue presionado para enviar fotos o videos personales.
En cuanto a videojuegos, 44.6 % ha hecho amigos a través de éstos; 50.9 conoció gente nueva y 54.7 usa juegos que no son apropiados para su edad, abundó la especialista.
La persona que genera ese ciberacoso desarrolla un perfil con poca información, pero con personajes y hasta logotipos de escuelas para que las infancias piensen que corresponden a gente de su edad. A partir de afinidades, comienzan a “engancharlos”. En tanto, con los adolescentes se usa una imagen de alguien atractivo; se busca el enamoramiento a partir de compartir experiencias similares, brindar una escucha empática y hacerles sentir que únicamente él o ella pueden apoyarlo en su bienestar.
El grooming tiene diferentes etapas: quienes lo realizan pasan demasiado tiempo conociendo a su víctima y establecen contacto con cautela; luego logran hacerse “mejores amigos”, incluso inician un noviazgo para posteriormente solicitar fotos de índole sexual y comenzar el acoso, argumentando que dañarán a familiares si la persona no cede a las peticiones, subrayó Santos Becerril.
Una vez que logran el control la empiezan a alejar, a aislar, y la dejan sin redes de apoyo “cibernéticamente hablando”, porque así es más vulnerable. Hay casos donde la citan físicamente y existe un riesgo alto de que el infante o adolescente no vuelva a casa, alertó.
La víctima sufre miedo, no es capaz de expresar lo que está viviendo, tiene comportamientos de aislamiento y se siente cada vez más insegura.
Por eso es importante que los adultos a su alrededor estén atentos a las señales de alerta.
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