Chihuahua y Guanajuato, donde hubo más casos nuevos
«Aumentan los trastornos alimentarios en hombres»
Fuente: Gaceta UNAM Ene 6, 2025
El ligero incremento se debe, entre otros factores, a “que se han fracturado los estándares sociales y culturales que impedían el diagnóstico y la valoración de personas del sexo masculino”: José Eduardo Otáñez Ludick, de la FES Zaragoza
Por: Leonardo Frías Cienfuegos
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) han registrado un ligero aumento en su incidencia en hombres desde 2017 debido, entre otros factores, a “que se han fracturado los estándares sociales y culturales que impedían el diagnóstico y la valoración de personas del sexo masculino”, explicó José Eduardo Otáñez Ludick, psicólogo y académico de la licenciatura en Nutriología de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza.
“Se decía que el varón no se enfermaba, que no padecía trastornos; pero como resultado de los movimientos sociales y el arribo de las nuevas generaciones se ha ampliado el panorama, y esto ha permitido que haya diagnósticos y se aminore el estigma”, apuntó.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía contenidos en el informe “Tasa de casos nuevos de enfermedades sobre trastornos mentales y del comportamiento seleccionados y entidad federativa según sexo”, dicha tasa de nuevos casos de los principales TCA (anorexia y bulimia) por cada cien mil habitantes en hombres en 2017 fue de 1.40, para 2018 se incrementó a 1.46 y en 2019 (último dato registrado oficialmente) fue de 1.70.
Destacan entidades como Chihuahua y Guanajuato donde en 2019 se tuvieron tasas de 5.73 y 4.45, respectivamente, de nuevos casos de varones, cifras por encima de la media nacional; en contraste, Querétaro y Durango registraron, en ese orden, tasas de 0.18 y 0.44 de nuevos casos por cada cien mil habitantes.
“Sería muy interesante contar con las cifras tras la pandemia, pero sin duda se trata de cuestiones culturales”, comentó Otáñez Ludick. Se creía que sólo la mujer tradicionalmente acudía al médico, pero con las nuevas tendencias de pensamiento se ha reflejado un aumento en lo reportado.
“Aunado a eso, ya le damos una mayor valía a la salud mental. Tras el contexto de la crisis sanitaria, tuvimos la oportunidad de darnos cuenta que es muy importante; entonces esto también condiciona que los números empiecen a crecer”.
A propósito del Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria, que se conmemoró el 30 de noviembre, el especialista consideró que los TCA siguen siendo un tema difícil de abordar.
“Como pacientes tememos que nos digan que estamos sufriendo una enfermedad como ésta, y más aún si es algo relacionado con la salud mental, debido a que persiste un estigma”, dijo.
No obstante, José Eduardo Otáñez expuso que, aun cuando las cifras sitúan la mayoría de la incidencia de los TCA en la población adolescente, debido a los cambios sociales, psicológicos y culturales que viven (una cuarta parte de dicho sector podría verse afectado por esos trastornos), a cualquier edad pueden presentarse.
Conductas de riesgo
El académico adscrito a la carrera de Nutriología se refirió también a las denominadas Conductas Alimentarias de Riesgo (CAR), las cuales, aunque no implican que posteriormente se desarrollará un TCA, “sí pueden manifestar señales de alerta”.
Agregó que “las CAR generalmente tienden hacia los extremos; son, por ejemplo, restricciones totales de algún alimento o, en contraste, el exceso en el consumo de otro como es el caso de los ultraprocesados”.
Dichas conductas alimentarias implican, por ejemplo, hacer un ayuno muy prolongado, porque en la noche acudiré a una reunión e ingeriré muchas calorías, o un conteo calórico específico o, además, hacerlo en exceso, o incluso asociarlo a trastornos de otro tipo como el ejercicio excesivo, indicó.
“La mejor forma de ayudar es dejar de lado los estigmas. Hablar y conocer sobre estos padecimientos, enfrentarnos a romper nuestros propios estándares culturales. En los tiempos recientes se piensa que tener delgadez es sinónimo de salud, y no necesariamente, los extremos nunca serán para nada saludables”, concluyó José Eduardo Otáñez.
Leave A Comment