UNAMirada desde la Psicología

«Mandatos de belleza femenina y repercusiones en la salud mental»

Por: Dra. Ana Celia Chapa Romero

Fuente: Gaceta Fac. Psicología | Pag. 9

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El pasado 17 de septiembre la doctora Ana Celia Chapa Romero impartió la conferencia “Mandatos de belleza femenina y repercusiones en la salud mental”. Inició con un panorama sobre los procedimientos estéticos y su creciente demanda en el mundo, destacando que en 2023 se llevaron a cabo 860.718 en el país. Si bien dichos procedimientos son solicitados por ambos sexos, son en su mayoría mujeres (83.4%) quienes se someten a estos, dato que pone de relieve la relación entre género y mandatos de belleza.

Diversas investigaciones llevadas a cabo desde la psicología han evidenciado la relación entre la insatisfacción corporal y el desarrollo de trastornos de conducta alimentaria, dismorfia corporal, ansiedad y depresión. Así mismo, han encontrado que la comparación social en plataformas de redes sociales, incluso la propia a partir del uso de filtros, afecta la imagen corporal y el bienestar mental de adolescentes y jóvenes, lo que ha llevado incluso a nombrar estos fenómenos como “efecto selfi” o “síndrome de dismorfia de Snapchat”.

Las presiones por cumplir con ciertos estándares estéticos como lo la delgadez, la juventud y la blanquitud, tiene efectos negativos y duraderos en la salud mental de las personas, especialmente entre las mujeres jóvenes. Al fundamentar en la “belleza” gran parte de la identidad femenina, hay una mayor vulnerabilidad a la aprobación exterior que genera sentimientos de culpa, vergüenza, inadecuación, angustia y frustración que aparecen reiteradamente cada vez que las mujeres perciben que no alcanzan estos estándares de belleza o que los están “perdiendo”, lo que lleva a muchas a invertir gran parte de su energía, dinero y tiempo para alcanzarlos.

En el caso de los hombres, si bien hay una presión por cumplir con estos estándares, el poder económico, los logros profesionales, el talento, la fuerza física, la jerarquía, la simpatía y la capacidad de seducción, pueden reemplazarlos. Es decir, hay mayor diversificación de lo valorado en la identidad masculina.

Las propuestas para resistir y transgredir a estos mandados están encaminadas a colectivizar estas experiencias de opresión a través de su contextualización e historización, es decir hacer de lo personal algo político. Que los medios de comunicación y redes sociales reivindiquen la diversidad corporal, de color de piel y edad, como se hace desde movimientos como el body positive o el feminismo gordo. Pero también regulando la política alimentaria, de medios de comunicación, de salud y de la industria de la moda.