«La investigación en salud mental y su aplicación en estudiantes universitarios»

Por: Alan Valdez.

Fuente: Gaceta FacMed

La investigación en salud mental y su aplicación en estudiantes universitarios

Hablar de salud mental continúa desafiando un estigma social que impide garantizar y atender este pilar del que muchas veces se olvida a la hora de hablar de bienestar, ocasionando y agravando problemas de salud mental en estudiantes que no son visibilizados o no se les da la importancia correspondiente. Por ende, la investigación que se desarrolla en estos ámbitos es clave para identificar las causas y las oportunidades para progresar hacia una atención integral.

El 10 de octubre, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, se realizó la “1ª Jornada Académica Virtual de Investigación en Salud Mental en Alumn@s de la Facultad de Medicina”, un evento que reunió a especialistas de diversas áreas que presentaron resultados de diferentes investigaciones que se han realizado en torno a estos temas que afectan a médicos en formación, tanto en el pregrado como en las residencias médicas.

En la actividad, organizada por  la doctora Ingrid Vargas Huicochea, Coordinadora de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina en la UNAM, y transmitida por YouTube, la doctora dio la bienvenida y dirigió las sesiones: “Nos unimos a esta conmemoración para fortalecer las estrategias y recursos para la salud mental de toda la comunidad universitaria. Laboramos en una institución que tiene este compromiso con los estudiantes y la intención de este evento es profundizar en la comprensión y resolución de las problemáticas que los aquejan”, destacó.

En 2024, el tema en el que se enfocó la conmemoración fue “Tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”. Por ello, el doctor José Benjamín Guerrero López, Jefe del Departamento, resaltó la necesidad de apartar el estigma que existe y que impide buscar la atención adecuada: “No tener salud mental nos repercute en todas las áreas de nuestra vida, en el trabajo nos puede llevar a menor productividad o a un aumento de los costos de la atención médica, porque no se identifica el problema mental de fondo”, compartió.

De igual manera, apuntó que el DPSM se enfoca en el bienestar integral, que se genera con autocuidado, para aprender también a lidiar con los riesgos a los que se exponen estudiantes: “La investigación nos ayuda a entender mejor todos estos fenómenos y lo que hay alrededor de ellos para poder actuar, intervenir y tener cada vez una mejor comunidad y convivencia”, agregó.

Modelo Explicativo del Trastorno Depresivo Mayor (TDM) en Estudiantes de Medicina: Percepción del Cuidador Primario Informal (CPI)

En esta investigación presentada por la doctora Olga Marina Robelo Zarza, responsable del Área de Comunicación en Salud Mental del DPSM, el objetivo fue analizar la percepción de la depresión en las madres de los estudiantes de Medicina diagnosticados con TDM. Mencionó que las mujeres en su rol como cuidadoras y proveedoras, presentan un cambio al percibir el sufrimiento en sus hijos estudiantes de Medicina: “Las entrevistadas aceptaron que el principal miedo que caracteriza su rol como CPI, es no brindarles las herramientas necesarias para que concluyan su proyecto de vida profesional, ante el distanciamiento que existe cuando sus hijos se convierten en estudiantes de Medicina”, resaltó.

Este trastorno tiene una gran prevalencia en universitarios, entre el 25 al 56.2 por ciento, donde el sistema familiar es un espacio inhibidor o favorecedor para el desarrollo de este problema: “Existe un estigma en el entorno sociocultural y un desconocimiento respecto a la depresión, en el que se percibe al TDM como un factor destructivo en la vida del paciente y la propia, aunque también como una oportunidad para fortalecer su vínculo familiar”.

Por último, expresó que el Departamento trabaja con grupos psicoeducativos de manera interdisciplinaria para atender a las madres y la familia para que comprendan mejor la situación, identifiquen factores de riesgo y se acerquen a sus hijos mediante estrategias: “El trabajo con la familia es fundamental porque es nuestra red primaria de apoyo”, concluyó.

Cronodisrupción en estudiantes durante el internado: Implicaciones en su salud mental

Al presentar esta investigación, la doctora Silvia Aracely Tafoya Ramos, investigadora del DPSM, explicó que las personas están regidas por el ciclo de luz y oscuridad, ya que nuestro organismo está acostumbrado a esto. La cronodisrupción o disfunción circadiana es la alteración de este ciclo: “El Internado Médico lo consideramos como un modelo tanto de estrés como de cronodisrupción, ya que tienen guardias y jornadas laborales prolongadas y extenuantes que los hacen distanciarse de sus relaciones sociales, tienen un estímulo económico insuficiente para cubrir sus necesidades básicas, y las mujeres se exponen a más presión y temas de acoso”, indicó.

Los médicos internos con depresión presentan menor exposición a la luz y una amplitud más baja en el ritmo de actividad, variaciones anormales en el ritmo de la temperatura corporal, y ritmos de actividad más fragmentados tanto en el sueño como en la vigilia: “El cronotipo vespertino presenta más síntomas de depresión y mayores niveles de estrés académico. Asimismo, otro de los resultados es que los estudiantes con una baja resiliencia al estrés o con antecedente de depresión, tenían una pobre salud circadiana. Finalmente, la resiliencia y la matutinidad predijeron la disminución de los síntomas depresivos”, describió.

¿Qué tan preparados están los médicos en formación para enfrentar la muerte?

La doctora María Asunción Álvarez del Río, profesora e investigadora del DPSM, expuso este estudio, en el cual mencionó que la mayoría de las personas mueren en un contexto de atención médica, por lo que los profesionales de la salud adquieren una responsabilidad de que los pacientes tengan un buen final de vida y sus familiares lo lleven de la mejor manera.

De acuerdo a su estudio, para manejar dichas experiencias los médicos colocaban barreras emocionalmente. La mayoría mencionó que se sentían poco preparados para atender pacientes en el final de su vida y querían tener más formación al respecto. Se llegó a la conclusión de que los médicos en formación (tanto estudiantes como residentes) están poco preparados para enfrentar la muerte, lo que deriva en una atención inadecuada de las necesidades de sus pacientes y repercute en su propia salud mental. Destacó que es necesario fortalecer la formación en la enseñanza hacia la muerte, no sólo en planes de estudio sino también en la preparación de los médicos adscritos para que puedan guiar a los estudiantes o residentes a su cargo.

La atención en conflicto por estudiantes rotando en el área de rehabilitación neurológica

El doctor Alfredo Paulo Maya, Profesor Titular y Coordinador de Enseñanza del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad, es responsable de esta investigación, en la que señaló que la relación médico-paciente ha cambiado a una velocidad impresionante por la tecnología digital.

 

En el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” analizó cómo se organizan los individuos al interactuar. Con ello observó las posiciones jerárquicas y las normas que existen, donde compartió que uno de los problemas no son los médicos, sino la administración, además de que existe saturación de las consultas, una interrupción de las terapias de rehabilitación, y un choque de moralidades, entre lo que un estudiante tiene como expectativa y ética, y lo que pide la institución.

“Hay una deshumanización del personal de salud por las condiciones a las que se exponen. Resalto mucho el compromiso de los estudiantes de Medicina que en gran parte estudiaron esto porque quieren ayudar y no por ganar dinero”, reflexionó.

Caminos de búsqueda de atención y acceso a los servicios sanitarios de salud mental en estudiantes con afecciones mentales

La doctora Ingrid Vargas Huicochea presentó esta investigación en la que compartió que son los estudiantes el sector de la población que menos busca atención y apoyo, pues sólo 1 de cada 5 con depresión busca atención especializada: “Los estudiantes tienen un alto estigma sobre la salud mental, y por eso su gran reticencia. Dimensionan el impacto de la enfermedad mental en general, pero ninguno acepta la presencia de un problema psiquiátrico en sí mismo, ninguno lo reconocía o quería admitir”, analizó.

La probabilidad de tener un tratamiento y que lo sigan se ve afectada por estas creencias, por lo que mayormente no se terminan los tratamientos: “A pesar de que exista una creencia del beneficio al buscar ayuda en un centro de salud mental, la probabilidad de generar una conducta de salud que se mantenga será rebasada por la percepción de las barreras de poca comprensión y empatía a la que se han enfrentado los participantes”, señaló.

Por ello, será importante continuar los esfuerzos en la alfabetización en salud mental del estudiante universitario (incluyendo a los médicos de pregrado) para hacerles llegar información útil y veraz que les permita tomar decisiones informadas en salud.

Violencia en las residencias médicas

La doctora Diana Patricia Guízar Sánchez, profesora e investigadora del Departamento de Fisiología de la Facultad, mostró los resultados de su investigación, en la que resaltó las jerarquías que existen en los hospitales, y cómo esto contribuye al ciclo de la violencia: “Los estudiantes pasaron de ser atentos, entusiastas y alegres, a cínicos, desanimados, asustados o deprimidos y llenos de frustración por formar el ‘carácter médico’. Se sigue el discurso y la creencia de que tienen que aguantar y se normaliza así la violencia”, precisó.

La impunidad es otro aspecto que impide resolver esta problemática, ya que contribuye al silencio porque no se sabe dónde denunciar y se contradice, ya que se culpa incluso a la víctima: “Si se mejora el bienestar de los recursos humanos en salud, las evaluaciones en calidad de la atención médica son para que mejoren los pacientes y no cometan errores”, concluyó.

Reto con oxitocina nasal en pacientes con ansiedad generalizada expuestos a una prueba de estrés social (PEST)

Para cerrar con las investigaciones, el doctor Rafael J. Salín Pascual, Profesor Titular C de Tiempo Completo en el DPSM, presentó este estudio, en donde evaluó las propiedades de la oxitocina con efectos ansiolíticos y de bienestar, en una muestra de estudiantes universitarios con el diagnóstico clínico de ansiedad social.

De los 30 pacientes con ansiedad social ante el reto de oxitocina nasal, 21 pacientes respondieron favorablemente a la oxitocina en relación con la administración del placebo, con un índice de confiabilidad del 95 por ciento: “La ansiedad social va desde la timidez hasta el trastorno de personalidad evitante. Muchas personas no saben que tienen ansiedad social y lo asocian con características como ser serio. Lo importante es exponerse, reconocer el problema e ir avanzando en este proceso de superarla”, resaltó.

Fue así como concluyó el evento que tuvo “el cometido de sembrar curiosidad, plantear más interrogantes, estimular a la mente para la profundización de los temas de la salud mental en estudiantes universitarios”, apuntó la doctora Vargas Huicochea.