“La educación es la clave para mejorar los problemas alimenticios en nuestro país”: maestra Dinorah Carrera Jiménez
Por: Gaceta FacMed.
Fuente: Gaceta FacMed
HISTORIAS DE ÉXITO #MUJERESFACMED
Mi nombre es Dinorah Carrera Jiménez, soy nutrióloga clínica especializada en enfermedad renal, y actualmente soy la Presidenta del Colegio Mexicano de Nutriólogos Renales. Desde niña jugaba con mi set de Medicina porque sabía que quería dedicarme a ayudar a las personas y mejorar su calidad de vida, poco tiempo después mi camino me llevó a la nutrición y supe que ese sería mi futuro.
Lo que más valoro de la nutrición es poder apoyar a las personas a sentirse mejor y prevenir enfermedades, de una forma en la que actúen ellas mismas, como cuidar su alimentación. Considero que la educación es uno de los pilares de la nutriología y es clave para mejorar los problemas alimenticios que existen en nuestro país, sobre todo para prevenir y cambiar hábitos, ya que es común que los pacientes lleguen a solicitar apoyo nutricional cuando ya están enfermos o buscan controlar un padecimiento.
La educación nutricional debería empezar desde edades tempranas, dando pláticas en escuelas, haciendo conciencia en la población y enseñando desde pequeños a tomar mejores decisiones para generar un cambio real. Esto lo he comprobado al trabajar con niños, ya que muestran más ganas de aprender y escuchar algo nuevo, y son ellos los que cambian la mentalidad en su casa, les piden más verduras y frutas a sus papás o deciden no comer tantos dulces.
Un ejemplo de esta falta de educación alimentaria es el uso de los sellos de los alimentos procesados, los cuales no ayudan si no se conoce cómo leer la información nutrimental y tamaño de las porciones, lo que limita su impacto. En cambio, si desde un inicio concientizamos sobre los daños que ocasiona el consumo de algunos alimentos, como las bebidas azucaradas, y las enfermedades crónicas relacionadas con estos, tomaremos decisiones informadas sin importar qué tan accesibles sean.
Una de mis metas más claras fue hacer una Maestría en Nutrición Clínica, y al momento de elegir entre las diferentes líneas de investigación, una de las opciones fue la nutrición en enfermedades renales, la cual me hizo sentir insegura, ya que no contaba con el conocimiento sobre el tema, y aunque dudé un poco y tenía miedo, decidí que en lugar de elegir el camino “fácil” era un buen momento de aprender algo nuevo y tomar el camino “difícil” y así fue como descubrí que la nutrición renal es lo que más amo hacer.
A lo largo de mi vida he enfrentado diferentes retos y no podría definir únicamente uno como el más grande, ya que en cada etapa es diferente la situación, cuando cumplí 18 años me fui a vivir a otro país, aprendí otros idiomas, trabajé y lo más importante es que me independicé y me di cuenta que podía lograr lo que me propusiera si trabajaba por ello, después de 4 años regresé a México para seguir mi vocación.
Mi meta siempre ha sido mejorar y crecer como persona y como nutrióloga, por lo que otro de los retos a los que me he aventurado, fue tomar la decisión de postularme como Presidenta del Colegio Mexicano de Nutriólogos Renales, COMENUR, ya que implicaba una enorme labor de organización y responsabilidad. Por si fuera poco, tomé este cargo justo cuando salíamos de la pandemia por COVID-19, por lo que coordinar las reuniones y organizarnos desde diferentes puntos de la República de forma remota, y poco a poco adaptarnos a las actividades académicas presenciales, fue algo complejo.
Mi objetivo como Presidenta del COMENUR siempre ha sido la preparación y actualización de otros nutriólogos para mejorar el tratamiento nutricional de los pacientes con enfermedad renal, así como ayudar y educar a los pacientes a controlar su enfermedad y mejorar su alimentación y su calidad de vida, por medio de pláticas y talleres.
Por otro lado, dar clases es una de mis más grandes pasiones, tengo más de 8 años de experiencia como docente y siempre he disfrutado estar frente a un grupo y poderle guiar, despertar su interés y verle crecer a lo largo de los semestres. Actualmente imparto la asignatura de “Evaluación del Estado Nutricio en el Adulto”, la cual considero, es la base de cualquier rama de la nutrición ya que nos permite obtener la información necesaria para dar un tratamiento adecuado y óptimo a nuestros pacientes. Ser docente en la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana de la Facultad de Medicina de la UNAM ha sido gratificante, ya que es de los programas académicos más completos e integrales en México, además, está coordinada con el objetivo de preparar a profesionistas críticos y capaces en cualquier ámbito de la nutrición, lo que me hace sentir orgullosa de poder ser parte de este equipo.
Respecto al tema de igualdad de género, creo que sí existe un progreso, ahora se valora más la calidad del trabajo que haces y no tanto si eres mujer u hombre. Aunque en el ámbito de la nutrición siempre hemos sido más mujeres que hombres y, en lo personal, no he tenido experiencias de desigualdad de género.
Considero que una de mis mayores virtudes es el nunca rendirme, sé que cuando tengo una meta, no puedo detenerme hasta lograrla y esto me ha llevado a conseguir lo que me propongo. Hablando de mis metas tengo varias, en lo profesional, a corto plazo planeamos iniciar el Curso de Nutrición Renal, y trabajar para hacer crecer mi práctica clínica, en lo personal quiero aprender otro idioma y viajar me llena mucho.
Pienso que cada día es una oportunidad para seguir aprendiendo y creciendo, nadie lo sabe todo y el que considera que lo sabe todo, no podrá seguir creciendo. Siempre digo que hay que dejar cada lugar que pisamos mejor de cómo lo encontramos. No se detengan hasta lograr sus metas, siempre van a existir dificultades y barreras, pero paso a paso nada les va a detener. No se olviden de ayudar a los demás, porque es una parte importante de este crecimiento humano.
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