Problemáticas de las personas trans
Entrevista a Brenda Karina Guevara Profesora de la carrera de Planificación para el Desarrollo Agropecuario
Fuente: Gaceta Aragón
Por Erik Pliego
La búsqueda de una identidad fuera del orden heteronormado resulta en un proceso donde las personas se enfrentan a prejuicios sociales y culturales. Tan solo el Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT) ha contabilizado 590 asesinatos de personas transgénero en todo México entre 2007 y 2022.
Por ello, Brenda Karina Guevara, profesora de la carrera de Planificación para el Desarrollo Agropecuario, quien además ha participado en diversos foros de género y salud trans (término para englobar a las comunidades transgénero, transexual y trasvesti), nos comparte desde su experiencia algunas reflexiones al respecto.
“Las personas trans buscamos estar integradas” empieza declarando la docente, pues es un deseo natural de cualquier ser humano el sentirnos parte de algo. Pero, cuando se decide cambiar de género, se enfrenta una realidad de segregación, diferenciación, discriminación y violencia.
Estos hechos generan afectaciones en diversos ámbitos, como agrega la académica “en México, una sociedad machista, las personas tienden a generar una violencia exacerbada hacia las personas trans”. Por ello es importante llevar un apoyo psicológico durante la transición de género.
En tal sentido, opina la académica, la familia debería ser el primer lugar donde la persona encuentre apoyo; “es ineludible, porque es todo, es tu soporte vital, moral, es básica para el desarrollo de tu personalidad”. Y es durante esta reafirmación de la personalidad cuando se viven diversos duelos, tanto en lo social, como en lo laboral y personal.
Por ello, enfrentarse todavía al rechazo del padre o de los hermanos suele ser especialmente doloroso para quienes pasan por esta situación. “Muchas personas incluso llegan a retrasar su transición por no enfrentarse a la familia […], pero finalmente te cansa, porque no puedes dejarlo”. En consecuencia se crea un conflicto de deconstrucción diario entre el querer ser y el aparentar ser.
Pero esto es solo el principio. La académica asegura ser reconocida como mujer en su núcleo familiar tras haber hecho una labor de educación y diálogo, sin embargo, esto no siempre es igual en el trabajo. El espacio laboral es un lugar cotidiano donde algunas personas no tienen o disponen del conocimiento necesario para tratar con quienes han transicionado de género; por ello, muchas veces se ven víctimas de un acoso que pudiera ser involuntario, tal vez producto de la ignorancia, pero, a final de cuentas, acoso, como afirma la entrevistada.
“Debes estar educando a las personas constantemente y todo el tiempo, es muy desgastante esa parte”, pues según la maestra, en los diferentes espacios públicos las personas ignoran cómo referirse a ella, y simplemente dan por sentado un género con el cual no se identifica. Lo ideal, menciona, sería proporcionar a todas las personas una educación de sensibilización en cuanto al tema.
“Hasta el momento en México el derecho a la educación ha sido consistente […], pero a la sociedad le falta ese componente en su formación, el cómo tratar a las personas diferentes, para crear un entorno social más saludable”. Según Guevara, los niños deberían entender desde su formación básica la diversidad de personas y cómo estas pueden convivir en espacios comunes donde prevalezca el respeto.
Pero claro, la educación también empieza desde el núcleo familiar. Muchas veces los prejuicios se heredan a los hijos, quienes los asimilan hasta una edad adulta. Esto imposibilita espacios de respeto, por ejemplo, “en México no estamos preparados para tener baños unisex, no podemos omitir los casos de violencia”, recuerda la profesora.
Por ello la académica recalca la necesidad de una cultura del respeto entre las personas por medio de la educación. Sin embargo, “no hay información, porque es un tabú; así como la transexualidad y transgenerismo, lo relacionado a todo eso: salud sexual, reproductiva, mental, va siendo también un tabú, mientras no manejemos como tal que las personas trans tienen derechos, todo lo trans también será un tema prohibido”, comenta Guevara.
Los medios masivos podrían ser un vehículo para cambiar esta perspectiva en la sociedad, aunque “básicamente se manejan por la parte del sensacionalismo […] no sirve esa comunicación para revertir la violencia de género para mujeres trans, es un objeto de marketing nada más”, afirma la académica, quien ha visto cómo la mayoría de los programas no pretenden una sensibilización en cuanto al tema.
No obstante, existen figuras públicas trans dentro de los espectáculos, así como en el ámbito político y cultural, pues a final de cuentas son libres para desempeñarse en cualquier actividad de su agrado, y en la “comunidad queremos, sobre todo, ser respetados, no buscamos tener más de lo necesario”. Un sentimiento común entre todos los seres vivos.
De tal forma, la profesora también plantea la importancia de la lucha por la igualdad; gracias a ella “se han dado muchas cosas buenas, hay una gran gama de activismo; por ejemplo, personas se dedican a la creación de hogares, Muñecas Tiresias es [una organización] para personas trans de la tercera edad, Juventudes Trans [vela] por el derecho de la transición a una edad temprana”, por mencionar algunas asociaciones.
Otro ejemplo de los logros obtenidos por estos movimientos se refleja en el cambio legal de la identidad de género, el cual ha sido reducido a un proceso meramente administrativo, sin intervención de peritos, largos procesos burocráticos o la necesidad de ayuda legal. Lo mismo pasa con la apertura de clínicas de atención a esta comunidad, donde las personas reciben atención médica y psicológica, antes, durante y después de su transición.
Esto último es importante, pues, como informa la docente, en muchos estados del país aún no se reconoce la transexualidad, por lo tanto “la mayoría transiciona con mucho riesgo, usan recetas falsas, o compran sin un seguimiento médico y eso pone en riesgo su salud”. Por ello, espera ver en un futuro al movimiento LGBTTTQIA+ logrando la igualdad para todas las personas a nivel nacional, pues actualmente muchos de los servicios dirigidos a este sector de la población se concentran en la capital.
“Las personas trans también somos compañeras, compañeres, compañeros; de trabajo, de salón; somos sus familiares, sus amistades más íntimas, podemos ser maestros, alumnos, acordemos tener los mismos derechos”, finalmente, la maestra termina la entrevista con estas palabras dirigidas a la comunidad aragonesa.
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