Dignificar la menstruación: un combate a la desinformación

Texto: Gabriela García Ramírez  (FCPyS). Imagen: Lorena Martínez (FAD)

¿Por qué dedicamos un día de mayo para hablar de higiene y dignidad menstrual? 

Cuando cursaba cuarto de primaria, mi profesora un día solicitó a todos los varones del grupo abandonar el salón. Las niñas debimos permanecer sentadas para escuchar una plática informativa sobre la menstruación. Luego de jugar en el patio, los niños volvieron y se preguntaron porqué nos habían retenido en el aula. Ninguna fue capaz de expresar la razón. 

Un mensaje había quedado asentado: la menstruación no era un tema que podía hablarse en voz alta y entre mujeres debía quedar.

En secundaria, era común que alguna abandonara la escuela a mitad de la jornada o no apareciera en el receso. Manchar de sangre la falda era motivo suficiente para no volver a clase ese día. 

Nadie deseaba dar explicaciones sobre su ausencia en el aula, pues nuestros compañeros ya contaban por ese entonces con un amplio repertorio de adjetivos para referirse a la sangre menstrual, todos desagradables. Aunque sus miradas burlonas y comentarios despectivos sólo reflejaban su limitado conocimiento sobre el tema, permearon la relación que tenía y sostuve por muchos años con la menstruación.

De aquel primer acercamiento han transcurrido más de 10 años. No obstante, hasta el día de hoy permanecen los tabúes y la desinformación en torno a este proceso natural que atraviesa la vida de la mitad de la población. 

En 2022, la Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual realizada por UNICEF y #MenstruaciónDignaMéxico, concluyó que el 69% de las mujeres y personas menstruantes encuestadas tenía poca o nada de información cuando menstruó por primera vez. El mismo porcentaje señaló no llevar algún tipo de control o registro de la duración de su ciclo menstrual, el tipo de flujo o los síntomas que padece. 

 

La menstruación al margen de la investigación científica 

Menstruar en condiciones dignas no se limita a proporcionar productos de gestión menstrual. Si bien son esenciales y deben considerarse artículos de primera necesidad, también es necesario realizar una ardua labor de investigación desde y para las mujeres y personas menstruantes, que permita construir una mejor relación con su cuerpo. 

Consecuencia de una ciencia androcentrista que privilegia la experiencia y perspectiva masculina, la menstruación ha quedado al margen de la investigación. Un ejemplo de ello es la carencia de explicaciones en torno a lo que se ha denominado “síndrome premenstrual”, a pesar de producir diferentes afectaciones a nivel físico y emocional. El desconocimiento de causas concretas generó el escenario propicio para la propagación de falsas creencias en relación a las capacidades y el comportamiento de las mujeres y personas menstruantes durante determinadas fases del ciclo.

Reflejo de esta misma problemática, también se ha señalado el discurso higienista que permanece en la publicidad de los productos de gestión menstrual. La difusión de afirmaciones que aluden a malos olores o a la sangre menstrual como sinónimo de suciedad, fomentan la ocultación y sentimiento de vergüenza. 

Mientras no exista un interés comprometido por conocer la experiencia de las mujeres y personas menstruantes, no es posible garantizarles una menstruación digna, lo que a su vez ocasiona otra serie de violaciones a sus derechos fundamentales. Por ejemplo el derecho a la educación, pues de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México el 43% de la población adolescente y joven prefiere no asistir a la escuela durante su periodo menstrual

Dignidad menstrual 

Como parte de los esfuerzos por transformar el estigma en torno a la menstruación, el 28 de mayo se ha dispuesto para generar espacios de reflexión que contribuyan a modificar la cultura en relación a ella y mejorar las condiciones de quienes menstrúan. Según el Fondo Poblacional de las Naciones Unidas (UNFPA), el Día de la Higiene Menstrual tiene lugar el 28° día del quinto mes porque los ciclos menstruales tienen un promedio de 28 días de duración y el sangrado suele durar cinco días.

En nuestra universidad, la comunidad de estudiantes y docentes se han dedicado a organizar y realizar actividades sobre el tema. Desde diferentes áreas del conocimiento, se pretende desmantelar los discursos que han colocado a las mujeres y personas menstruantes en una situación de vulnerabilidad debido a que sus cuerpos mentrúan.

En este 2023, la Dirección General de Orientación y Atención Educativa coordinó charlas, talleres y actividades lúdicas como parte de la Jornada de Voluntariado por la Salud Menstrual. Por su parte, la Facultad de Arquitectura realizó una colecta de productos de gestión mensual con la intención de abastecer a la comunidad estudiantil que así lo necesite. 

Te invitamos a mirar la infografía

¿Por qué un baño amigable con la menstruación importa?

preparada por la CInIG de la ENES Morelia.

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