Fuente: Gaceta UNAM

Por: Perla Chávez

En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, dos científicas cuentan en entrevista a Gaceta UNAM cuáles fueron las complicaciones a las que se enfrentaron para seguir con su vocación. Además, compartieron cómo impulsan a las nuevas generaciones de niñas para que se apasionen por la ciencia y en un futuro logren vivir de ella.

Testimonios

Patricia Dolores Dávila Aranda, secretaria de Desarrollo Industrial, es bióloga con estudios de doctorado en la Universidad Estatal de Iowa y asegura que se puede vivir de la ciencia pese a que persiste el machismo en el ámbito científico. “Sí, hay problemas, porque México es un país machista, y nos pasa seguido que los hombres creen que las mujeres no tenemos la capacidad para hacer ciencia, pensar y decidir. Por supuesto que se puede. Somos muchas científicas y debe de haber más”.

Para lograrlo, el reto más complicado que enfrentó fue en casa, con su padre. “Mi padre que era de ‘la vieja guardia’ no lo entendía fácilmente. Él decía que había carreras para mujeres, y biología no lo era.

Su madre, a quien describe como una mujer progresista, desempeñó un papel muy importante, ya que convenció a su padre para que ella pudiera seguir estudiando.

Luego de un tiempo, cuando regresó de estudiar el doctorado, recuerda que sus primeros años como profesionista también fueron complicados. “Había puros hombres científicos, y el que llegara una mujer joven, que venía de un doctorado en el extranjero, no les hacía mucha gracia. Tuvimos momentos complejos. A lo largo de los años, ha habido dificultades menores, siendo mujer, en algunas decisiones colectivas, pero en general pude seguir adelante sin muchísimos problemas”.

La bióloga comparte un mensaje a las niñas y a las mujeres jóvenes que les gusta la ciencia y quieren dedicarse a este campo: “Yo amo lo que hago y eso es lo más importante. No hay ningún obstáculo para que una mujer sea científica, el único impedimento a veces somos nosotras mismas. Y hay ambientes más complicados que otros, pero al final son las mujeres con sus capacidades y habilidades las que logran salir adelante”.

Añade que “si les interesa saber sobre ciencia y hacer una carrera científica, sí se puede, tampoco les digo que todo va a ser fácil. “El mundo de la ciencia es maravilloso, siempre está en movimiento. No es aburrido, es de retos, de preguntas y es muy divertido”.

María del Coro Arizmendi Arriaga, directora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, es bióloga y tiene un doctorado en Ecología, ella afirma que en la carrera que estudió existe mayormente la presencia de las mujeres; sin embargo, sí ha visto que hay actitudes machistas en el ámbito académico. Una de las cosas más complicadas que ha pasado como mujer que se dedica a la ciencia es el hecho de tener hijos.

“A pesar de que el papá ayude, la mujer tiene un rol que, por naturaleza, es más apegado a los hijos. Entonces, hay que compaginar ese papel con lo académico o profesional. Por fortuna, tuve jefes hombres y mujeres que siempre me ayudaron a compaginarlo. Me daban permisos y así podía cumplir con mi trabajo y mis labores maternas. Sin duda es la parte más complicada.”

Asegura que si las niñas quieren hacer una carrera en las ciencias lo van a poder hacer. Señala que la ciencia es una rama del conocimiento donde la gente se dedica a contestar preguntas y a responder curiosidades. “Soy bióloga, pero trabajo ecología de colibríes, estos animales que polinizan las plantas y la interacción que tienen con ellas también lo estudio. Es fascinante estudiar organismos que pueden sobrevivir a tantas cosas, como quedarse sin sus bosques”, concluye.