Esfuerzo conjunto de la CIGU, la DGACO y la Red Cómplices por la Igualdad

Por: Leonardo Frías Cienfuegos | Foto: Víctor Hugo Sánchez

Publicado en Gaceta UNAM

La UNAM entregó a 51 universitarixs la constancia que los acredita como diplomantes en “Perspectiva de Género para el Trabajo en Comunidades Educativas”, y talleristas para la Igualdad de Género y no Violencia.

El programa convocado por la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU), y la Dirección General de Atención a la Comunidad (DGACO), en colaboración con la Red Cómplices por la Igualdad, impartido durante 36 semanas desde el 17 de marzo de 2021, está orientado a formar talleristas con enfoque comunitario y perspectiva de género con la finalidad de construir relaciones universitarias igualitarias y libres de violencia.

La iniciativa tiene como objetivo propiciar procesos de reflexión y crítica desde los saberes de los feminismos, las masculinidades críticas, las disidencias sexogenéricas, el enfoque de juventudes y la educación popular. Lxs talleristas impartirán sesiones en los planteles de bachillerato de esta Universidad, bajo la orientación antes descrita.

La sesión de entrega de diplomas de la primera generación se realizó de manera presencial en el Auditorio de la Unidad de Posgrado, y fue encabezada por Mireya Ímaz Gispert, directora general de Atención a la Comunidad.

Ahí destacó que este proyecto es más que una iniciativa de la Universidad Nacional para garantizar la inclusión e igualdad de género. Mencionó que es un esfuerzo comprometido para robustecer y garantizar espacios libres.

“Aunque prevalecen paradigmas patriarcales, la brecha de género ha disminuido, hoy en nuestra Universidad hay mucho mayor acceso a mujeres como investigadoras y tomadoras de decisiones.”

Ante los integrantes del taller, así como miembros de la comunidad universitaria y familiares, Rubén Hernández Duarte, directore de Inclusión y Prácticas Comunitarias de la CIGU, explicó que el diplomado significó un gran proceso contrapedagógico de incidencia que ayudó a afinar herramientas contra lo patriarcal.

Se realizó el abordaje, dijo, de un proceso para transformar a la Universidad desde tópicos como la sexualidad, el erotismo, el buen trato, y el sistema sexo-género, entre otros.

Se tiene en común esa capacidad de indignarse ante la injusticia, de no imputar la desigualdad en otros, porque incluso cuando las sesiones fueron solicitadas por 523 personas y se realizó un proceso de selección, no fue sólo una adquisición mecánica de información.

“Hoy nos queda claro que quien no invierte en igualdad de género está condenado a vivir la sintomatología de lo patriarcal”, subrayó.

En la ceremonia, moderada por Ana Beristain Aguirre, subdirectora de Proyectos para Comunidades Saludables e Incluyentes de la DGACO, estuvo presente Mónica Quijano Velasco, directora de Educación para la Igualdad de la CIGU, quien afirmó que esta primera generación de talleristas, aun cuando es un punto de partida, tendrá una incidencia personal y colectiva.

Todo esto es resultado también, añadió, de muchos años de lucha, en particular a partir de 2016, durante los cuales la comunidad se ha organizado para exigir un compromiso a fondo con la igualdad de género, y trabajar con los hombres en un modelo mucho más adecuado, lo que representa un desafío en sí mismo.

Ante la violencia exacerbada en nuestro país, urgió, debemos cuestionar las relaciones de dominación, con educación como práctica de la libertad, y por supuesto con relaciones que se vivan de manera más igualitaria.