Fuente: Gaceta UNAM 

Con un performance la artista participó en el encuentro organizado por la Cátedra Rosario Castellanos

Con un performance, como lo ha hecho a lo largo de sus más de 40 años de labor, la artista Mónica Mayer puso en marcha las actividades del primer Diplomado Internacional de Arte y Género organizado por la Cátedra Extraordinaria Rosario Castellanos de Arte y Género de Cultura UNAM y la Facultad de Artes y Diseño (FAD).

Formalmente se trataba de la conferencia magistral inaugural de este nuevo espacio académico, pero la creadora multidisciplinar feminista aclaró desde el inicio que sería un performance porque no iba a hablar de su trayectoria en el habitual orden cronológico, sino que iría mezclando el antes y el ahora para salpicarlo con anécdotas, estrategias, chismes y resultados.

De hecho, comenzó la charla Arte, Feminismo y los Chismes de las Aventuras en el Camino, transmitida en línea con lo que suelen acabar las conferencias: las conclusiones, “porque luego al final no llega uno a ellas y se queda todo a medias”.

Estas conclusiones, dijo, eran también las ideas que han guiado su trabajo como artista, activista y pedagoga: “En general promover el trabajo de las artistas es un acto político, no nada más es por el ego. Es porque, por un lado, no ha sido visible y la humanidad se ha perdido de la creatividad de ellas, y ésa es una verdadera tristeza. Por otro lado, porque es fundamental que todas conservemos y registremos nuestros trabajos ya que nuestras historias son importantes, todas somos fuentes primarias y hacen falta las historias de las mujeres artistas”.

Desde su estudio y vistiendo el mandil con su emblemática frase “Soy fuente primaria”, Mayer recordó muchas de las obras y exposiciones que ha realizado y cómo cada una de ellas fue robusteciendo su pensamiento. Muy joven, cuando era estudiante en la Academia de San Carlos, se dio cuenta de la importancia que tenía unirse con otras mujeres para hacer arte, “yo ya no puedo pensar en trabajo feminista sin que sea colectivo y que hagamos redes”, y comprendió que la educación artística debía ser horizontal y tener un compromiso con la sociedad.

“¿Qué es una educación de arte feminista? Tiene que ver con cómo vamos construyendo nuestra identidad y lo importante que es fortalecer el trabajo en redes. Por eso este diplomado me parece tan necesario. Trabajar en grupo implica cuidarnos y apapacharnos, y eso es fundamental porque es aprender a romper con los esquemas que teníamos como mujeres. Tener una voz propia, seguir deseducándonos, es importante para no seguirle haciendo el juego al sistema.”

Mayer impartió el primer curso de arte feminista en la antigua Escuela Nacional de Artes Plásticas, en 1983, y se define a sí misma como feminista y pedagoga silvestre porque se ha formado en la práctica. Cuando ella empezó no se hacía investigación sobre la materia y casi no había fuentes bibliográficas ni especialistas. Hoy, dice, le asusta que haya maestrías, doctorados y posdoctorados en teoría de arte feminista, y aunque fue una de las que abrió brecha en México y Latinoamérica en este campo, sigue siendo fundamentalmente una fuente primaria.

También participó en las primeras marchas feministas en las que el arte llegó al activismo, hace 40 años. En ese entonces, recordó, participaban muy pocas artistas y mujeres en general. Por ello, valora mucho las manifestaciones actuales, como la del 8 de marzo de 2019 o en la que se instaló la antimonumenta Glorieta de las Mujeres que Luchan, en septiembre de 2021.

Conciencia feminista

La fundadora del colectivo artístico Polvo de Gallina Negra comentó que la conciencia feminista va de la mano con el arte no objetual, “este trabajo que rompe con el cuadro, el grabado y la escultura para volcarse a otros lados, como el performance, la instalación y la ambientación”.

Y aunque el concepto de arte feminista, aclaró, puede tener muchas definiciones válidas, a ella le interesan los planteamientos a nivel de sistema: “Cuestionar qué es el arte, quién puede hacer arte, cuál es la relación con el público, cuestionar los mitos de genio en el arte, etcétera”.

Tras dos horas de anécdotas y reflexiones en un video que se pueden encontrar en las redes sociales y plataformas digitales de la Cátedra Rosario Castellanos y la FAD, para terminar su conferencia-performance Mónica Mayer platicó con algunas de las participantes en el diplomado a quienes reiteró la recomendación de trabajar en colectivo para cuidarse, apoyarse y retroalimentarse. La metodología, dijo, es hablar siempre y reírse mucho.