El 11F, una fecha para combatir la falta de inclusión de niñas y mujeres en la ciencia

Hace siete años la Asamblea General de Naciones Unidas instauró el 11 de febrero (11F) como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una conmemoración que busca “el acceso y la participación plena y equitativa para las mujeres y las niñas en todo lo que tiene que ver con la ciencia”, señaló la doctora Cynthia Azucena Acosta Ugalde, coordinadora de la Comisión Interna para la Igualdad de Género de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (CInIG).

Acosta Ugalde destacó que esta fecha es un llamado a la igualdad y al empoderamiento, además, como recordatorio del trabajo realizado por muchas mujeres, quienes a pesar de hacer aportes relevantes a las ciencias fueron relegadas a segundo plano u olvidadas cuando sus compañeros hombres se asumían como los autores de dichos logros.

La funcionaria explicó que, aunque cada año se logran avances, las mujeres aún tienen que enfrentarse a diferentes obstáculos si realizan una carrera profesional en ciencias, que van desde los prejuicios y estereotipos de género hasta las cuestiones políticas, culturales y el lenguaje empleado por los medios de comunicación que invisibiliza la labor de las científicas.

Lo anterior provoca que, en comparación con sus compañeros varones, las mujeres tengan que realizar doble esfuerzo durante su labor científica. “Me atrevería a decir que cuando surge una mujer científica que se vuelve famosa, que las hemos tenido en la historia de la humanidad, a veces terminan cuestionando su vida personal más allá que sus logros científicos”, dijo Acosta Ugalde al recordar como Marie Curie fue juzgada tras la muerte de su esposo, a pesar de haber obtenido el Premio Nobel.

Para la coordinadora de la CInIG hay consecuencias negativas provocadas por esta falta de inclusión, la primera de ellas es que crea un desánimo, es decir, aquellas mujeres que se quieren preparar para trabajar en estos campos saben que será doblemente difícil y algunas, aunque tengan el talento, desisten de tomar este camino.

La segunda es que crea un sesgo en la generación del conocimiento, lo que provoca que se amplíe más esta brecha y que las mujeres y niñas se alejen de las ciencias, en consecuencia, esto continúa encasillando el trabajo científico como una labor “de hombres”.

“Ahora pensamos mucho en las mujeres que hacen ciencia, pero, desgraciadamente, en la sociedad hay esta idea de que ellas empezaron a trabajar en ello hace 30 o 40 años, antes están totalmente invisibilizadas”, dijo Acosta Ugalde sobre la importancia de homenajear la labor de las científicas a lo largo de la historia, quienes se atrevieron a cambiar las cosas. “En la medida en que a las nuevas generaciones les quede muy claro que hace 200 años o más ya estaban ellas, en esa medida podríamos cambiarlo todo”, acotó.

Por último, detalló que, aunque en esta fecha las universidades, instituciones y gobiernos de los tres niveles unen esfuerzos, es necesario voltear a ver lo que se está haciendo en las primarias y las secundarias, donde las niñas están desarrollando una vocación. “Es tiempo de vincularnos con estas escuelas, porque en ellas están las niñas que vienen y pueden cambiar las cosas”, enfatizó la coordinadora.