Fuente: Diario Rotativo 

México, septiembre (SEMlac).- Un puñado de especialistas iniciaron el análisis de la condición de las mujeres en las cárceles mexicanas, apuntando a que se violan los derechos humanos, no hay política pública y miles de mexicanas confinadas en el sistema penitenciario, al que urge reformar.

Marisa Belausteguigoitia, directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), inauguró el Seminario PAPIIT IN403221 Condiciones de mujeres en prisión: perspectivas de género, derechos humanos y política pública, organizado por el proyecto “Mujeres en Espiral: Sistema de Justicia, Perspectiva de Género y Pedagogías en Resistencia”, que forma parte del CIEG-UNAM y que se transmitió en línea por Facebook Live.

Con alrededor de 200 asistentes empezaron por analizar las “Decisiones judiciales con perspectiva de género”, donde participaron Celia Marín Sasaki, magistrada de la Quinta Sala Penal en el Poder Judicial de la Ciudad de México y a Adriana Ortega Ortiz, secretaria de estudio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En la apertura la doctora Belausteguigoita contextualizó el trabajo que desde hace 13 años realiza Mujeres en Espiral, proyecto que incide en dos espacios de producción de conocimiento: la universidad pública (UNAM) y la cárcel de mujeres, cuya finalidad es hacer visibles las violaciones a los derechos de las mujeres en prisión y sus formas de resistencia al crear productos artístico/pedagógicos y jurídicos (que fueron mostrados a través de una presentación en imágenes de murales, documentales, cortometrajes, fanzines y un recetario canero).

Gladys Morales, integrante del proyecto Mujeres en Espiral y coordinadora de la Clínica de Justicia y Género Marisela Escobedo de la UNAM, moderó las participaciones de las invitadas, reconociendo la problemática social de la mirada patriarcal en la forma en la que se enjuicia y sentencia a las mujeres, social e institucionalmente.

Durante su participación, la Magistrada Celia Marín Sasaki hizo referencia a una normalización de la violencia patriarcal que hace que muchas mujeres no puedan detectar la violencia que están viviendo, y desde otras esferas de poder, que no se pueda detectar cuando se están violentando los derechos de las mujeres.

Para la magistrada, la perspectiva de género no implica proteger a las mujeres por el simple hecho de serlo, sino que es una herramienta de análisis para verificar la existencia de vulnerabilidad o discriminación basada en el género de una persona.

La maestra Adriana Ortega Ortiz aseveró que desde el orden social de género se imponen roles de acuerdo con su identidad sexo genérica. Un ejemplo de ello es la comisión por omisión, una modalidad de conducta que tiene condiciones muy estrictas para ser tomada en cuenta; y que en el caso de las mujeres se pasan por alto, y se vuelve muy flexible para juzgarlas, exigiendo a las mujeres conductas heroicas.

En la sesión se reflexionó sobre las dificultades prácticas y los recursos institucionales que se requieren para juzgar con perspectiva de género, sobre la urgente necesidad de despatriarcalizar el sistema judicial para que la herramienta que conocemos como perspectiva de género pueda ser aplicada y se tomen en cuenta las necesidades diferenciadas a partir de la exclusión y de las cadenas de violencias que afectan a las mujeres en sus particulares contextos, en este caso, a las mujeres privadas de la libertad.

La perspectiva de género, como herramienta y método para juzgar, tiene una potente capacidad de transformación de las vidas de las personas, y de la sociedad en general.

 

Fuente: Diario Rotativo