Ante la intolerancia que sufren las personas LGBT+ y que Sofía Pastrana vivió con algunos de sus familiares sugiere tener fortaleza, ser valientes

 Desde pequeña Sofía Pastrana se dio cuenta de su orientación sexual pero no se mostró al mundo como era porque pensó que serían crueles. Construyó “un escudo súper masculino”, se rodeó de todos los amigos hombres posibles y siempre se llamó “niño” así misma. Al llegar al bachillerato ya no podía seguir fingiendo. 

Sofía cursa el octavo semestre de la carrera de Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México, campus CU. Es originaria del municipio de Isidro Fabela, en el Estado de México. 

“Llegando a la prepa dije: ¿qué estoy haciendo conmigo? El mundo se va a acabar y estoy avanzando y estos sentimientos los traigo arrastrados y fue cuando lo acepté, me acepté. Se lo conté a mi mamá, lo aceptó sin problema. Y con mi papá nunca se lo dije abiertamente, jamás, sólo dijo: “Ya sabía” y se dio cuenta de quién era yo y nunca me dijo nada”.

Estudió en el Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM donde comenzó a ser ella misma y a pedirle a sus compañeros y profesores que la llamaran “Sofía”, cuyo significado es “sabiduría”. Para que cada profesor le pasara lista con el nombre que ella eligió les enviaba correos para explicarles su situación.

El cambio de nombre 

“¡Oigan amistades!, iba a entrar rápidamente a mi clase pero me llegó un correo y dije: ¿quién será? Entonces lo chequé y era de la UNAM”, así comienza el video en Tik-Tok de Sofía Pastrana.

En nuestro país es posible sustituir el nombre en caso de cambio de estado civil, nacionalidad, filiación o sexo, entre otras circunstancias. A este trámite se le conoce como “aclaración de acta por enmienda”. 

Ya en la licenciatura y con su cambio de nombre legalmente envió de nueva cuenta los correos a sus profesores pero la Dirección General de Administración Escolar (DGAE) le notificó que su nombre “Ana Sofía” ya aparecería en las actas de los docentes: “Qué bueno que la UNAM está muy especializada en estos temas”, considera.

Paradójicamente, Sofía ha sufrido más acoso en la calle por ser mujer que por ser persona trans o por pertenecer a la comunidad LGBT+.

¿Qué le recomiendas a las infancias y adolescencias trans que desean hablar con sus profesores, como tú, para que utilicen el nombre que ellos eligieron o los pronombres adecuados? 

Les recomiendo que lo hablen y que lo hagan siempre desde el respeto. No se debe justificar a nadie pero hay que entender que somos generaciones distintas, pero si lo hacemos desde el respeto, la gente sí tiende a respetar, más si no faltas al respeto”.

Ante la intolerancia que sufren las personas LGBT+ y que ella misma vivió con algunos de sus familiares sugiere tener fortaleza, ser valientes, buscar apoyo de un profesional de la salud mental, buscar refugio con amigos o familiares lejanos y sobre todo no frenar su transición. 

Finalmente, la estudiante de economía asegura que la pandemia nos obligó a estar encerrados, sin embargo, las personas trans no deberían seguir viviendo su vida encerrados en su propio mundo. “Qué tal me contagio mañana del virus y no viví mi vida por algo. Ha de ser algo terrible, por eso, mejor expresarnos como somos y ser como somos porque puede llegar otro virus en 20 años, pero en nuestro interior ya no estamos encerrados.

 

 

Publicado en UNAM Global.