Aún hay pendientes para que los espacios de formación sean libres y seguros desde una perspectiva feminista

La Cátedra Extraordinaria Gloria Contreras en Estudios de la Danza y sus Vínculos Interdisciplinarios convocó a alumnas y docentes para conversar sobre la violencia de género ejercida en instituciones académicas de esta disciplina artística, así como de experiencias y posibilidades de erradicarla.

En una charla virtual, Carolina de la Fuente, Citlali Rojas y Pamela Altamirano, estudiantes en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), y las profesoras Itzel Schnaas, Adriana Dowling y Raissa Pomposo, coordinadora de la cátedra, enunciaron los pendientes para que los espacios de formación sean libres y seguros para las mujeres desde una perspectiva feminista.

“En espacios como explanadas, plazas públicas y redes sociales se manifiestan múltiples denuncias de abuso sexual, violencia de género, discriminación, etcétera. Ante esto, las instituciones artísticas se han involucrado fuertemente en los movimientos de lucha feminista y defensa de los derechos humanos, dando lugar a tendederos, movimientos #MeToo, acciones performáticas, críticas. En el caso de la danza en México estos espacios están formándose a través de la toma de conciencia profunda, sobre todo lo que ha violentado a los cuerpos danzantes desde las instituciones”, dijo Raissa Pomposo en la introducción de la plática titulada Feminismos Manifestando la Danza: La Reconfiguración del Cuerpo en las Instituciones Dancísticas.

Educación

Citlali Rojas, alumna de la Academia de la Danza Mexicana del INBAL, tomó la palabra para mencionar la relevancia de recibir una educación con perspectiva de género, así como para exhortar a estudiantes y profesores a siempre considerar el contexto en el que se enseña, en este caso un México que es cada vez más peligroso para las mujeres.

“A veces se pone mucho énfasis en el desarrollo corporal, técnico, físico, y se deja de lado el contexto por el que se está pasando como país”, afirmó. Por otro lado, criticó que la enseñanza de la danza parta de una tradición de roles de género binarios y que la mayoría de los espacios directivos en el INBAL estén ocupados por hombres.

Asimismo, consideró pertinente un protocolo interno para tratar temas de violencia de género de manera eficaz y expedita, y un reforzamiento a los departamentos de Psicología y Nutrición del instituto. Por último, mencionó como pendientes en la danza académica erradicar la gordofobia y desexualizar los cuerpos.

Pamela Altamirano, estudiante en la misma institución, hizo notar que las prácticas de violencia de género son acaso más fértiles en espacios académicos, pues desde su concepción las instituciones han sido jerárquicas, con estructuras verticales y un ejercicio de poder muy marcado, a diferencia de lo que ocurre en espacios autogestivos. Coincidió en que hace falta una desexualización de los cuerpos y frenar la “violencia pedagógica”.

En el mismo sentido, su compañera Carolina de la Fuente urgió a decolonizar la danza, a explorar prácticas de otras regiones y culturas, aunque “siempre con respeto”.

La charla está disponible en el perfil de Facebook y en la cuenta de YouTube de la Cátedra Gloria Contreras.

 

Publicado en Gaceta UNAM.