A un año de la creación de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, Sandra Lorenzano hace un recuento de los reclamos en la Universidad y los proyectos realizados sobre escucha y acompañamiento a favor de las mujeres de la comunidad.

 

En octubre de 2019, la UNAM se cimbró por una ola de protestas en contra de la violencia de género en los campus. Un mes después, decenas de estudiantes tomaron la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, jóvenes que después se darían a conocer como Mujeres
Organizadas de Filosofía y Letras. El pliego petitorio era amplio y claro, pero podría resumirse en una clara exigencia: atender y parar la
violencia de género en la Universidad.

En medio de las negociaciones y del diálogo, en enero de 2020 la Oficina de la Abogacía General de la Universidad dio a conocer que
de agosto de 2016 a junio de 2019 se presentaron 921 quejas y denuncias por violencia a mujeres dentro de la UNAM. Entonces llegó
la pandemia y se entregaron las instalaciones debido al riesgo de salud.

La entrega de la Facultad de Filosofía y Letras la reportó así la revista universitaria Corriente Alterna: “‘Coronavirus de la chingada’,
dice la estudiante al cerrar la puerta. Es martes 14 de abril de 2020”.

Ese año inició con gran efervescencia en la Universidad. El 12 de febrero de 2020, el Consejo Universitario de la UNAM aprobó la
modificación de los artículos 95 y 99 del Estatuto General para tipificar la violencia de género como una falta grave. Y el 28 de febrero, el
rector Enrique Graue anunció la creación de la Coordinación para la Igualdad de Género, como dependencia de Rectoría, a cargo
de Tamara Martínez Ruíz.

A un año del nacimiento de esa Coordinación, Sandra Lorenzano, quien es titular de la Dirección de Cultura y Comunicación para la
Igualdad —que tiene el objetivo de diseñar, implementar y evaluar programas culturales y de educación no formal, a partir de la
perspectiva de género, así como fortalecer la presencia de la cultura con perspectiva de género como herramienta de sensibilización y
resolución de conflictos y trabajar coordinadamente con la Coordinación de Difusión Cultural y con las áreas de cultura de
todas las dependencias de la UNAM— habla sobre el trabajo que han realizado en un año que ha estado marcado por una nueva
efervescencia feminista y por la pandemia.

 

Publicado en El Universal.