Ante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, por primera vez la lectura es un acto de supervivencia; nunca nos había quedado más claro que leer es imprescindible dice Anel Pérez, directora de Literatura y Fomento a la Lectura de la UNAM, que realizó el séptimo Seminario de Fomento a la Lectura, con el tema de Ritos, creencias y predicciones: lectura y superstición.

Esta edición del seminario, realizado por la Cátedra José Emilio Pacheco los días 18 y 19 de noviembre, se desarrolla de manera virtual. Las actividades permanecerán en línea en la página de Facebook Universo de Letras, donde también se puede ver la programación.

Anel Pérez explica a La Jornada que se incrementó la lectura de textos de ciencia. En cuanto a la literatura, nos ha permitido un espacio de supervivencia emocional, ya que lo imprescindible es lo que nos hace tocar base con nuestra humanidad y eso es el arte, particularmente la lectura, la música y el cine”.

Refiere que, dadas las circunstancias, todos hemos incrementado nuestra cantidad de lectura porque hemos tenido que entender fenómenos naturales nuevos y hemos incorporado, por lo menos, cinco artículos de ciencia para entender qué es un virus y cuál es su efecto en el cuerpo, algo que quizá no hubiéramos leído antes.

La dirección a su cargo, dice la funcionaria, cuando se refiere a fomento no se circunscribe a la literatura, sino a la práctica de lectura de cualquier fenómeno lector posible, llámese ciencia o humanidades. Durante este periodo nuestra relación con la lectura, a pesar de que pueda estar en un soporte virtual, ha tenido un efecto diferente.

Pérez destaca el eslogan de la dependencia a su cargo: “‘Si leo no me encierro’. La idea de que nuestros cuentos, novelas y la poesía te hacen volar más allá de estas paredes en las que estamos confinados. Durante todo este año hemos tenido un incremento impensable de talleres que organizamos. Algunos abiertos en Facebook y otros en plataformas como Zoom o Google meet, que han sido un encuentro de lectores internacionales que no habíamos tenido”.

Destaca que en el confinamiento “hemos organizado tres eventos internacionales importantísimos: la Fiesta del Libro y de la Rosa, el primer evento en abril que decidimos continuar, tras adaptarnos a las nuevas formatos de festivales literarios. El segundo fue el foro en línea Utopía y distopías en las narrativas feministas. Y la semana pasada, el de Infancias y Adolescencias Libres y Diversas.

Hemos logrado un resultado absolutamente nuevo. Nunca nos habíamos imaginado que íbamos a atraer 400 personas de público en una conferencia y ahora lo tenemos todo el tiempo porque necesitan construir comunidad en temas de su interés y la literatura es un punto de encuentro.

Con el Seminario de Fomento a la Lectura, nos pareció pertinente pensar los rituales, las creencias y las predicciones; es decir, el vínculo que tenemos de la lectura con la superstición. Esto lo pensamos previo a la pandemia, pero justo ahora nos queda perfecto porque vemos mucha desinformación a propósito del acto de leer o de los materiales de lectura.

La conferencia inaugural fue impartida por el argentino Mempo Giardinelli. Es importante admirar el trabajo que han hecho los compañeros de Argentina, Brasil y Colombia, que son los tres ejes importantes, y México, para pensar el fomento a la lectura. La clausura corre a cargo de Yásnaya Elena Aguilar. Es una activista que piensa y se pregunta cómo hacer el fomento a la lectura en lenguas y en pueblos originarios, que defiende la diversidad lingüística, que habla sobre las literaturas dominantes y cómo se puede descolonizar este formato de hacer fomento a la lectura.

Además, participaron la brasileña Eliana Yunes, la colombiana Beatriz Helena Robledo, la pedagoga y poeta Nadia López García, Adolfo Córdova, José Luis Paredes Pacho, director de El Chopo, Julián Herbert y Apolonio Mondragón, entre otros.

Para Anel Pérez, el fomento de la lectura no es de la literatura, sino de todas las lecturas posibles: de la música, los mapas, las radiografías y los mapas estelares; impulsar el uso y práctica en soportes distintos como lo virtual o lo impreso, o la multiplataforma.

También, ante el momento de pandemia, se invita a reflexionar sobre lo qué significa tomar un libro y aislarnos de todo lo que nos rodea, o bien, pensar de qué manera podemos mantener nuestra identidad como lectores en este terreno de aislamiento social donde no estamos en las comunidades lectoras y cómo cambia la lectura en tiempos de crisis, para eso se refiere a la francesa Michèle Petit, autora del libro El arte de la lectura en tiempos de crisis.

 

Publicado en L Jornada.